Este es el mensaje oculto detrás del “Hello” de Apple
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Si eres usuario de Apple, probablemente hayas visto la palabra Hello más de una vez. Aparece en las presentaciones de producto, en los vídeos promocionales, en los fondos de pantalla y, últimamente, también al configurar un nuevo dispositivo. Pero lo que parece un simple saludo tiene mucha más historia y estrategia detrás de lo que imaginas.
El origen del Hello de Apple
Todo se remonta al 24 de enero de 1984, cuando Steve Jobs presentó al mundo el primer Macintosh. En una época en la que los ordenadores eran fríos, técnicos y lejanos, Apple decidió hacer algo distinto: el Mac encendía su pantalla y escribía, con letras grandes y cursivas, un amigable “Hello”. Era una forma de decir que aquel ordenador no era como los demás. No necesitabas ser ingeniero para usarlo. Estaba ahí para ti.
Ese gesto se convirtió en una declaración de intenciones. El Mac no solo saludaba, rompía barreras. Era un dispositivo personal en el sentido más literal, diseñado para ser cercano, intuitivo y humano. Desde entonces, el Hello se convirtió en una especie de firma emocional que Apple ha recuperado en momentos muy concretos.
Cuando Steve Jobs presentó el iPhone en 2007, la primera pantalla que apareció durante la demo fue otra vez un “Hello”. Esta vez en tipografía más moderna, pero con el mismo mensaje de fondo, el de que no era un móvil más, sino algo completamente nuevo.
Y Apple ha seguido utilizando esta palabra como marca simbólica en sus grandes saltos generacionales. Con la llegada de macOS Big Sur, rediseñaron incluso los fondos de pantalla del Mac para incluir un Hello flotante con animación sutil. Y con los nuevos iMac de colores en 2021, el mensaje volvió a tomar protagonismo, casi como si la marca dijera: “hemos vuelto a nuestros orígenes”.
El Hello no solo es nostalgia, es estrategia. Funciona como un guiño al usuario fiel y una bienvenida al nuevo. Está pensado para transmitir cercanía en un mundo cada vez más saturado de interfaces, datos y pantallas sin alma. Es una palabra universal, sin complicaciones, y que conecta con la promesa original de Apple: tecnología que no intimida, que se siente sencilla desde el primer momento.
Otro detalle curioso: el tipo de letra que acompaña a ese “Hello” no es casual. Apple ha trabajado durante años en tipografías propias, como la actual San Francisco, para asegurarse de que incluso las curvas de una “e” o una “l” comuniquen su estilo. Cuando muestran ese saludo en pantalla, lo hacen con precisión milimétrica: tamaño, espaciado, movimiento. Todo pensado para reforzar su imagen de marca.
Así que la próxima vez que veas ese Hello en un Mac, un iPad o un Apple Watch, ya sabes que no es solo una palabra. Es un símbolo cuidadosamente orquestado. Una forma sutil de recordarte que, en el universo Apple, el primer contacto también importa.
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