Tecnología

#Chipgate: los iPhone 6s pueden variar hasta un 20% en autonomía


Primero fue el “antennagate” del iPhone 4s, después el “bendgate” con los iPhone 6 que se doblaban y ahora, con el iPhone 6s llega el “chipgate” que tiene preocupados a los que ya tienen el nuevo teléfono de Apple o están pensando en adquirirlo. El problema que tiene este iPhone 6s es que los chips A9 que lleva en su interior se fabrican por dos suministradores distintos, Samsung y TSMC, con distintos procesos de fabricación (14 mm en el caso de Samsung y 16 nm por TSMC). En principio, esto no debería suponer ningún problema, salvo por el hecho de que según algunas pruebas, la diferencia de autonomía de batería que tienen los teléfonos con uno y otro procesador es de un 20 por cien, lo que sin duda es bastante dramático para un teléfono que no puede exactamente presumir de una autonomía muy elevada.

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La razón de que Apple haya contado con dos suministradores para sus chips A9 es sencillamente la necesidad de no depender de una sola compañía (y menos de una como Samsung que es su principal competidor en muchos terrenos) y garantizar un suministro suficiente de componentes sin que un productor pueda querer aprovecharse de esta exclusividad. Sin embargo, si los chips de uno u otro fabricante tienen diferencias significativas, los usuarios pueden tener miedo de que cuando compren el producto les toque “uno de los malos”.

Según los tests realizados por aficionados, los chips de TSMC consiguen hasta un 20 por cien más de batería, aunque según el tipo de pruebas las diferencias son menores entre uno y otro chip. La clave de estas diferencias se encuentra en que las pruebas de batería se hacen obligando al teléfono a realizar distintos tipos de tareas comunes, por lo que en función de las tareas que se incluyan y cómo hagan uso de unos u otros elementos de la electrónica (desde la pantalla, las conexiones de datos, las antenas, la CPU, el sistema gráfico o el sistema de sonido) los resultados pueden variar significativamente. 

Ante lo que parece el comienzo de una nueva polémica con respecto a sus teléfonos, Apple se ha apresurado a publicar un comunicado en el que asegura que los chips A9 que se incluyen en sus teléfonos cumplen los más elevados estándares para ofrecer el máximo rendimiento y la mejor autonomía de batería y que “algunas pruebas de laboratorio que hacen funcionar los procesadores con una carga continua de trabajo no representan un uso real”. “Según nuestras pruebas y los datos que hemos obtenido de los usuarios, las diferencias entre unos chips y otros no varían más que entre un 2 y un 3 por cien”.

Por último, según afirman los expertos de Anandtech, en realidad los chips tienen variaciones bastante amplias incluso dentro de una misma serie fabricada por una misma empresa o incluso en la misma oblea, sencillamente porque puede aparecer una impureza o cualquier otro mínimo defecto. Por eso, los chips, una vez terminados, se prueban y se eligen sólo los que cumplen con unos mínimos estándares de rendimiento y calentamiento. Sin embargo, dentro de los que se consideran aptos para montarse en el dispositivo pueden tener diferencias de hasta un 20 por cien, por lo que incluso dentro del mismo fabricante hay siempre un factor de “suerte” a la hora de adquirir un terminal. Evidentemente, esa “suerte” se traslada a otros componentes del terminal como la memoria, el módem, etc.; que también pueden sufrir variaciones, por lo que lo habitual es que al final unas diferencias compensen las otras y los teléfonos tengan unas prestaciones y autonomía muy similares.