Tecnología

Biometría, la “culpable” de la mejora de la seguridad en las contraseñas

El término biometría proviene del griego y significa, a rasgos generales, medida de la vida. Esto viene a decirnos que es aquella disciplina que se encarga de estudiar los métodos mecánicos, no humanos, para reconocer a los seres humanos individualmente por sus rasgos característicos.

Se emplea, por tanto, para verificar identidades únicas de hombres o mujeres. Y eso es algo que también conocemos como autentificación biométrica sobre rasgos humanos, a base de algoritmos y fórmulas matemáticas.

Unos ejemplos donde podemos ver aplicada la biometría es en la retina, en las huellas dactilares, incluso hasta en la geometría de la mano. Estas serían características físicas estáticas, pero luego están las dinámicas, que hacen referencia al paso o al tecleo, por ejemplo. La voz, por su parte, la podríamos clasificar como mezcla de estos dos tipos de características.

Hoy la preocupación por la seguridad de nuestras contraseñas informáticas es una de las mayores preocupaciones de la gente. El miedo a que nuestras cuentas sean pirateadas o a que accedan a ella gente no deseada hace que la biometría esté evolucionando en estos campos a pasos agigantados.

Por ello, se están estudiando medidas para hacer este tipo de seguridad uno de los más fiables. Hasta ahora se podía engañar al ordenador de reconocimiento facial con máscaras y demás sistemas, pero esto tiene sus días contados. Y es que se están desarrollando software capaz de detectar patrones falsos como fotografías, vídeos o máscaras realistas.

Por ello, una manera de conseguir más seguridad es modificar aquel citado reconocimiento del rostro y exigir que el usuario haga un guiño con el ojo, con lo que se elimina la posibilidad del fraude mediante fotografías. Esta investigación la está llevando a cabo Nesli Erdogmus, investigadora de Idiap.

Otro de los campos de estudio es el de la textura de la piel, que también permitiría diferenciar las máscaras de la cara real.