MADRID

Las escuchas telefónicas le complican el juicio a Rafael Amargo: «Quiero un kilo para hacer el agosto»

El bailaor se ha puesto a taconear en la sala del juicio mientras esperaban una decisión del tribunal

escuchas Rafael Amargo
El bailaor Rafael Amargo en una de sus comparecencias judiciales en Madrid.
Ángel Moya

Las escuchas telefónicas de la Policía le están complicando el juicio al bailaor Rafael Amargo: «Quiero un kilo para hacer el agosto». Las intervenciones telefónicas representan un nuevo inconveniente para el acusado y se han escuchado hoy en sala durante el juicio en el que le piden hasta 9 años de cárcel por tráfico de drogas. En los pinchazos telefónicos, también se escucha a Rafael Amargo hablando de droga con supuestos compradores. «¿Me vendes tusi, tusi?», le pregunta en una de ellas una mujer con tono jocoso, y Amargo le contesta que tiene que esperar. En otra escucha, un hombre le pregunta por «eso» y el artista le contesta que solo tiene un gramo para él.

Se trata de horas de escuchas telefónicas que la Policía hizo sobre los teléfonos de Rafael Amargo y su entorno. Son conversaciones de la supuesta venta de drogas con varios interlocutores en la época investigada, entre mayo y noviembre de 2020.

En ellas, Amargo se refiere a la metanfetamina como ‘tina’. En una llamada, comenta a un conocido que una persona «no le compra desde hace tres años» y por eso se niega ahora a darle nada. En otra de las conversaciones, ya desvelada ayer, se le escucha hablar con Eduardo sobre sus intenciones de alquiler un local, un trastero ya localizado, como «almacén» con «reservados muy monos con bolsitas».

«Las convesaciones están cortadas»

La reacción de la defensa de Rafael Amargo, a cargo del despacho de Marcos García Montes, ha sido insistir en la escasa validez de los pinchazos telefónicos. Ya intentó anularlos, de momento sin éxito, y hoy ha vuelto a reclamarlo ya que considera las conversaciones objeto de interpretaciones por parte de la Policía

Ante el envite de la defensa de Rafael Amargo, el fiscal ha pedido que se pusieran todas las conversaciones en su integridad en la sala de la Audiencia Provincial. Durante el receso necesario para preparar la nueva prueba, el bailaor se ha puesto a taconear en la sala mientras hablaba con sus familiares.

Salvo una intervención en las que se menciona explícitamente la droga, como «cocaína rosa», en el resto los espiados hablaban de forma genérica en frases como: «Te puedo dejar a 20 el bote», supuestamente de Popper o «Ha pedido 500, te digo el precio por Whatsapp».

La Fiscalía pide nueve años de cárcel para el artista por vender droga de forma «persistente» junto con el productor de sus espectáculos para el que pide la misma pena. Para el otro acusado, apodado Cubita, solicita seis años de cárcel por ser un «hombre de confianza» que entregaba la droga a los compradores.

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