Sociedad

Los trabajadores esenciales reorganizan sus servicios en La Palma

Cuando se viven momentos difíciles como la erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma, un fenómeno que ha obligado a miles de personas a abandonar sus casas a su suerte, los servicios esenciales que se prestan habitualmente en la comunidad se vuelven más necesarios aún. Clece está presente en La Palma con una plantilla de 365 personas que llevan a cabo labores de gestión de centros de atención a personas con discapacidad, así como de limpieza en hospitales, oficinas, comedores de residencias, centros penitenciarios, colegios y cuarteles.

Sin embargo, tras la erupción del volcán muchas de sus competencias se han enfocado y reorganizado con el fin de poder ayudar al máximo en las actividades de limpieza de los lugares donde se alojan los damnificados y, además, han ofrecido ayuda a todas aquellas personas que durante días han estado llegando a los refugios como el acuartelamiento El Fuerte.

Elena Henríquez, directora de RRHH de Clece en Canarias, explica que “en un principio actuamos sobre la marcha, no podíamos saber qué es lo que iba a ocurrir en las semanas venideras, de modo que reorganizamos el trabajo de la plantilla en función de las necesidades que se iban presentando”. Eso sí, destaca que el trabajo de Clece ha sido posible porque “por fortuna no nos han afectado los cortes de carreteras, eso ha permitido que la gestión de centros de atención a personas, así como la limpieza de los colegios de la Consejería de Canarias, los hospitales o las oficinas que tenemos haya sido una realidad”.

En este sentido, Israel Cairos, trabajador de Clece en La Palma, que ha sido el encargado de coordinar a todas las personas que hacían la limpieza de El Fuerte y el Hospital General de La Palma, explica que “cuando todo estalló, nos llamaron desde la empresa para que pudiéramos reorganizarnos y ayudar en lo que hiciera falta. No sólo a seguir con las labores de limpieza, sino también en la evacuación y traslado de personas que estaban en centros hospitalarios”.

Desde el principio, relatan desde Clece, se volcaron en paliar esta complicada situación que nadie esperaba. “Todos estamos poniendo mucho de nosotros mismos y toda nuestra experiencia especializada para ayudar”.

Por otro lado, desde el punto de vista humano está siendo difícil. “Cuando ves a la gente que ha perdido sus casas, que tienen toda su vida en unas bolsas, es duro, una tragedia. Muchas veces no sabes qué decirles para que se sientan bien, fuertes y arropados. Llegan tristes, desorientados, pero aun así siempre te dicen lo agradecidos que están”.

Con respecto a la limpieza diaria, Henríquez asegura que están pasando por momentos complicadísimos porque “la ceniza pesa muchísimo y parece que jamás terminas de limpiar, lo que retiras por la mañana está de nuevo por la tarde”. En la misma línea, Cairos apunta que “ahora cae la ceniza como si fuera granizo, y eso hace que el trabajo sea más costoso ya que, además, la arena se mete en todas partes e intentamos que las bajantes estén limpias y descongestionadas para que no haya atascos en las cañerías”.

Involucrando a personas con discapacidad física y psíquica en la solidaridad con los afectados

Clece, además de gestionar los servicios de limpieza del Hospital General de La Palma, El Fuerte y los centros de salud, tal como comentan desde RRHH, entre otros muchos servicios en La Palma, también gestiona el Centro de Atención a la Discapacidad de Triana de la isla, donde viven 37 usuarios de entre 22 y 73 años. Ana Delgado, su directora, explica que “afortunadamente” ellos no han tenido que ser desalojados porque el centro no se encuentra en una zona afectada, aunque su jardín está muy dañado por la caída de la ceniza y la arena, lo que dificulta la realización de actividades exteriores con los usuarios.

Esto, afirma, tiene mucha importancia para los centros donde se atiende a personas con discapacidad. “La caída de la ceniza ha obstaculizado toda nuestra actividad, no sólo porque tenemos que ir vestidos con protecciones oculares, mascarillas, ropa de manga larga, etc., sino porque, además, cuando la ceniza se endurece no podemos caminar bien ni hacer las jornadas de jardinería ni acercarnos a la playa, que íbamos tres días a la semana, ni usar la piscina que tanto les gusta y que tan beneficioso es para su bienestar y desarrollo”, comenta Delgado.

Desde el Centro de Atención a la Discapacidad de Triana, explica su directora, han querido también hacer partícipes a los usuarios de la solidaridad de la residencia. “Hemos hecho unos documentos de lectura fácil adaptados a ellos, con el objeto de que puedan comprender qué es lo que está ocurriendo. Además, hemos recolectado productos de primera necesidad y los vamos a llevar todos al Puerto de los Llanos para involucrar a los residentes en la ayuda solidaria y recordar a la sociedad que están ahí”.

Delgado asegura que estos momentos están siendo muy duros, aunque confía en superarlos muy pronto: “Estamos muy afectados porque te asaltan millones de dudas, pero seguimos adelante con nuestro día a día, cuidando a nuestros usuarios como si no hubiera pasado nada, como cada día. Esperamos regresar pronto a la normalidad”.

Henríquez, por su parte, concluye que miran al futuro más cercano con “optimismo, intentando ayudar en todo, gestionar a nuestra plantilla de forma eficiente y estar a la expectativa para actuar con premura si tuviéramos que desalojar aquellos centros en los que trabajamos cada día”.