Santoral

¿Qué santos se celebran hoy, miércoles 4 de junio de 2025?

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San Francisco Caracciolo.
Blanca Espada

¿Qué santos se celebran hoy, miércoles 4 de junio de 2025? Con la llegada de junio, el calendario de la iglesia Católica continúa su avance y nos invita a detenernos un momento para recordar a algunas figuras cuya vida y legado han dejado huella en la historia de la fe. Cada jornada del año, por discreta que parezca, guarda nombres de hombres y mujeres que se convirtieron en referentes espirituales, bien por su entrega mística, su compromiso con los más vulnerables o su conexión con lo divino a través de la vida cotidiana.

En este día en concreto, destaca la figura de San Francisco Caracciolo, que fue un místico y reformador italiano del siglo XVI, cuya vida estuvo marcada por la enfermedad, el milagro de la curación y una vocación religiosa que lo llevó a fundar una nueva congregación. También recordamos a Santa Noemí, figura bíblica del Antiguo Testamento que, más allá de ser una persona histórica o simbólica, encarna valores como la fidelidad, el amor familiar y la esperanza frente a la adversidad. Por último, mencionamos a San Petroc, un santo celta que, con una vida casi legendaria, difundió la espiritualidad cristiana desde las costas de Cornualles hasta las tierras más lejanas, dejando tras de sí monasterios, discípulos y leyendas. De todos ellos, conocemos ahora su historia al detalle, además de enumeraros al resto de santos en este día.

San Francisco Caracciolo

Nacido en 1563 en el seno de una familia noble en Vila Santa María, en la región de los Abruzos, San Francisco Caracciolo llevó el nombre de Ascanio hasta que su vida dio un giro que no solo cambiaría su destino, sino también el de muchos que, siglos después, seguirían su ejemplo. Su juventud parecía estar marcada por el privilegio, pero una enfermedad (que los médicos identificaron como lepra) lo empujó al aislamiento y a la desesperanza. Sin embargo, en ese contexto hizo una promesa: si se curaba, entregaría su vida al servicio de Dios. El milagro ocurrió, y Ascanio cumplió su voto.

Ingresó entonces en la Hermandad de Nuestra Señora del Socorro, donde dedicó sus días a acompañar y asistir a los más marginados: enfermos, prisioneros y condenados a muerte. Pero su vocación no se detendría ahí. Con otros dos compañeros de fe, Juan Agustín Adorno y Fabricio Caracciolo, fundó en Nápoles la Orden Regular de Clérigos Menores, conocida también como la Congregación de Sacristanes Menores o caracciolinos. Esta nueva orden combinaba la vida activa (centrada en la caridad) con la adoración constante del Santísimo Sacramento. El lema elegido, Ad majorem Dei Resurgentis gloriam (Para la mayor gloria del Dios Resucitado), resume el espíritu que los impulsaba.

San Francisco fue su primer superior general y expandió la congregación hasta España. Falleció el 4 de junio de 1608, víctima de unas fuertes fiebres. Fue beatificado en 1769 por el papa Clemente XIV y canonizado en 1807 por Pío VII. Hoy, su figura sigue inspirando una espiritualidad basada en el amor desinteresado, la oración constante y la dignidad del servicio.

Santa Noemí

Aunque no haya vivido en la era cristiana ni fundado órdenes religiosas, Noemí es una de esas figuras femeninas del Antiguo Testamento que permanece viva en la memoria colectiva por su humanidad y fortaleza. Su nombre, que en hebreo significa dulzura, contrasta con los eventos amargos que marcaron su vida. Casada con Elimélec y madre de dos hijos, Noemí tuvo que abandonar su tierra natal, Efrata (la antigua Belén), debido a una gran hambruna. La familia se estableció en Moab, donde sus hijos se casaron con mujeres moabitas: Orpá y Rut. Sin embargo, la tragedia volvió a golpear, y Noemí perdió a su esposo y a sus hijos.

A pesar de la desolación, Noemí conservó una notable dignidad. Decidió regresar a su tierra y animó a sus nueras a rehacer sus vidas. Orpá aceptó su consejo, pero Rut permaneció fiel, pronunciando unas palabras que han quedado grabadas como símbolo de lealtad: Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios, mi Dios. Gracias a la generosidad de Rut y la sabiduría de Noemí, ambas encontraron una nueva oportunidad a través de Boaz, pariente del difunto Elimélec. Rut se casó con él y dio a luz a Obed, que fue considerado hijo de Noemí y es parte de la genealogía del rey David.

La historia de Noemí es, ante todo, una historia de segundas oportunidades. Representa la sabiduría de la edad, la capacidad de guiar sin imponer, y la dulzura que sobrevive incluso a las pruebas más duras. Su figura ha inspirado a generaciones por su manera de vivir el dolor sin perder la fe, y por cómo supo ver en la vida de los demás una extensión de su propio legado.

San Petroc

Menos conocido en el ámbito hispano, San Petroc es una figura destacada del cristianismo celta del siglo VI. Hijo del rey Glywys de Glywysing, renunció a la comodidad del trono para seguir el camino espiritual. Se formó en Irlanda, epicentro de la vida monástica en aquellos tiempos, y más tarde cruzó el mar para establecerse en Cornualles, en el suroeste de Gran Bretaña. Allí recibió el apoyo del ermitaño Wethnoc para fundar un monasterio que pronto se convirtió en uno de los más influyentes de la región.

La vida de Petroc es un ejemplo del monacato como aventura, búsqueda y transformación. Tras décadas como abad, decidió abandonar su comunidad para emprender un viaje que lo llevó a Roma, Jerusalén y, según algunas tradiciones, incluso a la India. En este último destino vivió durante siete años en una isla del Océano Índico, acompañado de un lobo, símbolo de su conexión con la naturaleza y su espíritu pacífico. A su regreso a Cornualles, fundó un segundo monasterio con la ayuda del rey Constantino de Dumnonia.

Petroc murió como había vivido: en silencio, rodeado de la naturaleza, en el bosque de Nanceventon, donde se había retirado como ermitaño. Su figura es muy venerada en la región británica de Cornualles y en algunas zonas de Bretaña, donde aún se celebran peregrinaciones en su honor. Representa la figura del santo viajero, que busca a Dios no solo en los templos sino en los caminos, en la creación y en el silencio interior.

Otros santos que se celebran el 4 de junio

Junto a los mencionados, en este día se celebra a estos otros santos:

  • Santa Ruth
  • San Alejandro

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