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¿Qué santos se celebran hoy, jueves 24 de abril de 2025?

San Alejandro de Lyon o San Salomé, entre los santos que hoy se celebran

¿Qué santos se celebran hoy, jueves 24 de abril de 2025?  En este día, la Iglesia Católica recuerda con devoción a varios personajes fundamentales en la historia de la fe cristiana. Se trata de figuras cuya vida y testimonio dejaron una huella profunda, no sólo en los textos sagrados, sino también en la memoria viva de las comunidades que los veneran desde hace siglos. Hoy, entre los santos más destacados que se conmemoran están San Alejandro de Lyon, Santa Salomé, Santa María de Cleofás y también, la advocación mariana de Nuestra Señora del Buen Aire.

Muchos de estos nombres pueden parecer lejanos o incluso confusos, sobre todo cuando los evangelios no ofrecen detalles concretos sobre su identidad o su biografía. Sin embargo, la tradición, los textos apócrifos y las distintas interpretaciones de los Padres de la Iglesia han tejido un retrato espiritual de estos santos y santas. Su día, el 24 de abril, está marcado en el martirologio romano como un momento especial de veneración. A continuación, recorreremos sus historias con un estilo claro y humano, para acercar su figura a quienes hoy, siglos después, siguen encontrando inspiración en su fe, su coraje y su entrega. Desde los mártires de Lyon hasta las mujeres que acompañaron a Jesús en su camino al Calvario, este día está lleno de memoria y significado.

San Alejandro de Lyon

San Alejandro de Lyon vivió en una época turbulenta para los cristianos. Nacido en Frisia, fue amigo de infancia de San Epipodio, con quien compartió no solo la fe, sino también el martirio. Ambos vivían en Lyon, una ciudad clave en la expansión del cristianismo en la Galia romana. Durante la persecución de Marco Aurelio, fueron traicionados por un sirviente y llevados ante las autoridades por confesar abiertamente su fe en Cristo. Alejandro no solo no renegó de su creencia, sino que, al conocer el destino brutal de su amigo, dio gracias a Dios y pidió seguir el mismo camino.

Su muerte fue un acto de fidelidad absoluta. Sometido a torturas extremas (entre ellas el potro y los azotes), nunca dejó de proclamar a Jesús y de burlarse de los dioses paganos. Murió crucificado, aunque su corazón dejó de latir incluso antes de que los verdugos terminaran de clavarle las piernas. En el siglo VI, sus reliquias fueron trasladadas por San Ireneo a la catedral de Lyon, donde comenzaron a atribuirse milagros a su tumba. Hoy, San Alejandro de Lyon es símbolo de firmeza, lealtad y amor por la verdad, incluso frente a la muerte.

Santa Salomé

Aunque los evangelios no la nombran de forma constante, Santa Salomé aparece en momentos decisivos de la vida de Jesús. Según la tradición cristiana, fue la madre de dos de los apóstoles más cercanos al Mesías: Santiago el Mayor y Juan Evangelista, ambos hijos de Zebedeo. En los textos canónicos, Salomé es mencionada como una de las mujeres que presenció la crucifixión desde cerca y también como una de las primeras en acudir al sepulcro la mañana de la resurrección.

Pero es en los evangelios apócrifos donde su figura adquiere un papel más activo. En el Evangelio de Tomás, por ejemplo, se la presenta como discípula de Jesús y receptora de enseñanzas profundas sobre la dualidad, la luz y la unidad. En otras tradiciones, incluso se la representa como una mujer sin hijos, consagrada por entero a la vida espiritual, lo que ha llevado a algunos estudiosos a interpretar que existieron varias Salomés. Sea como fuere, la veneración popular ha mantenido viva su figura, especialmente en lugares como Santiago de Compostela, donde existe una iglesia dedicada exclusivamente a ella. Santa Salomé es ejemplo de maternidad, valentía y entrega silenciosa.

Santa María de Cleofás

El nombre de Santa María de Cleofás aparece en el Evangelio de Juan como una de las mujeres presentes en el momento más doloroso de la Pasión: la crucifixión. Es mencionada como “la esposa de Cleofás” y, según diversas interpretaciones, sería madre de Santiago el Menor y de José. Algunos estudiosos, siguiendo la obra de San Jerónimo y otros autores tempranos, la identifican incluso como hermana de la Virgen María, lo que convertiría a sus hijos en primos de Jesús.

María de Cleofás forma parte del trío de mujeres que acompañaron a Jesús hasta el sepulcro. Su rol, aunque secundario en los evangelios canónicos, ha sido siempre destacado por la tradición cristiana, que la recuerda como una figura materna, piadosa y presente en los momentos clave. En algunas visiones místicas, como las de la beata Ana Catalina Emmerick, se habla de ella como madre de varios discípulos de Jesús, entre ellos Santiago el Menor, Judas Tadeo y José Barsabás. Su festividad, compartida con Salomé el 24 de abril, subraya el papel imprescindible de las mujeres en los primeros pasos del cristianismo.

Nuestra Señora del Buen Aire

Pocas advocaciones marianas tienen una historia tan singular como la de Nuestra Señora del Buen Aire. Su origen se remonta al siglo XIV en la isla de Cerdeña, cuando, según la leyenda, una caja con la imagen de la Virgen flotó milagrosamente hasta la costa tras un naufragio. Los mercedarios del convento de Bonaria recogieron aquella imagen y comenzaron su veneración, que se extendió con fuerza entre marineros y viajeros.

Fue precisamente esta advocación la que inspiró el nombre de la actual ciudad de Buenos Aires, fundada en el siglo XVI por Pedro de Mendoza y posteriormente por Juan de Garay. La virgen del Buen Aire es hoy patrona de la provincia de Buenos Aires, de Cerdeña y de los marineros, y suele representarse con el Niño Jesús y un barco, símbolo de su vínculo con el mar y la protección de los navegantes. Su fiesta el 24 de abril es una ocasión para recordar cómo la fe y la historia se entrelazan en nombres, leyendas y devociones que han cruzado océanos.

Otros santos que se celebran el 24 de abril

Junto a los mencionados, en este día se celebra también a estos otros santos: