Sociedad
OBITURARIO

Muere Martin Parr a los 73 años, fotógrafo que retrató la vida cotidiana en Reino Unido con ironía y color

El fotógrafo redefinió el documental en color con una mirada irónica sobre la clase media, el turismo y el consumo

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  • Marta Torres
  • Corresponsal internacional. He escrito en La Razón, El Mundo, Wall Street Journal Edición Américas.

El fotógrafo británico Martin Parr ha muerto a los 73 años este domingo 7 de diciembre, según ha informado su fundación. Este fotógrafo destacó por retratar la vida cotidiana en Reino Unido con ironía, color y agudeza. Parr saltó a la fama en los años ochenta con The Last Resort — una serie fotográfica sobre veraneantes británicos de clase trabajadora en New Brighton que rompió con la estética tradicional del blanco y negro, adoptando colores saturados, realismo y crudeza. En décadas siguientes continuó explorando la sociedad británica — desde vacaciones familiares, clubes sociales, pueblos costeros o cafeterías — capturando lo cotidiano, lo irónico, y la contraposición de clases sociales.

Más allá del Reino Unido, Martin Parr su obra abordó fenómenos globales como el turismo de masas o el consumismo, en libros como Small World y Common Sense, y estableció un estilo documental muy influyente en la fotografía contemporánea.

¿Quién fue Martin Parr?

Nacido en Surrey en 1952, Parr empezó en la fotografía inspirado por su abuelo. Estudió fotografía en Manchester. Desde muy joven sintió pasión por la fotografía, influido por su abuelo, un aficionado al revelado y la imagen. En 2021 se le diagnosticó cáncer. Le sobreviven su esposa Susie, su hija Ellen, su hermana Vivien y su nieto George.

Estudió fotografía en Manchester (Manchester Polytechnic) y comenzó su carrera profesional en la década de 1970, en un contexto de fotografía documental en blanco y negro.

En 1994 se unió a la prestigiosa agencia Magnum Photos, a pesar de las críticas iniciales hacia su estilo pop y colorista. Más tarde fue presidente de Magnum entre 2013 y 2017.  Con el paso del tiempo, Parr desarrolló una voz propia, distintiva y revolucionaria: pasó del blanco y negro a una fotografía en color con una saturación fuerte, flash directo, y un estilo irónico, ágil, incisivo.

En 2014 fundó la Martin Parr Foundation, destinada a preservar su archivo y promocionar la fotografía británica e irlandesa.

Su obra: documentar lo cotidiano con humor y crudeza

Hasta los años ochenta, buena parte del documentalismo británico seguía una estética de tonos sobrios o blanco y negro, herencia del fotoperiodismo clásico. Parr rompió con esa tradición. Con su serie The Last Resort (1983–1985), centrada en las vacaciones de la clase trabajadora en New Brighton (Merseyside), introdujo el color saturado, el flash incluso al aire libre, y un enfoque más pop, directo, irreverente.

En esa serie retrató con crudeza —y sin romanticismo— veraneantes de clase trabajadora: niños llorando, helados derretidos, bronceados intensos, envoltorios de fish and chips, juegos, algarabía, banalidad… Todo ello con una mezcla de empatía, crítica social y humor.

Parr resumía su filosofía con una frase muy clara: «I make serious photographs disguised as entertainment»  (Hago fotografías serias disfrazadas de entretenimiento).

A veces polémico, siempre importante

El trabajo de Parr no siempre fue bien recibido. Sus primeros grandes proyectos fueron criticados —sobre todo algunos sectores consideraron que su mirada sobre la clase trabajadora era condescendiente o simplista.

Pero para sus defensores, esa crudeza —esa mezcla entre humor, ironía, empatía y denuncia social— era precisamente lo que hacía su fotografía poderosa. Sus imágenes podían provocar risa, incomodidad, fascinación o rechazo, muchas veces al mismo tiempo. Esa ambigüedad, ese “amor-odio” hacia su país, era parte esencial de su mirada.

Parr dijo en más de una ocasión que la fotografía documenta lo cotidiano para que lo veamos con ojos distintos; no busca embellecer, sino mostrar la realidad —cruda, absurda, divertida, contradictoria.

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