Sociedad
CINE DE LOS 70

Muere el actor francés Gérard Barray a los 92 años en Marbella

El actor Gérard Barray abrió un piano-bar, frecuentado por Alain Delon o Sean Connery

El célebre actor francés Gérard Barray ha fallecido a los 92 años en la localidad malagueña de Marbella, donde residía desde finales de los años 70 junto a su esposa, la también actriz y bailaora sevillana Teresa Lorca, según ha informado este viernes su hijo Julian Barray.

Barray, que ha fallecido el jueves en el Hospital Costa del Sol de Marbella, será despedido por sus familiares y seres queridos este domingo a las doce del mediodía en el cementerio de San Bernabé de Marbella.

Gérard Barray y Teresa Lorca se conocieron durante el rodaje de una película en la entonces Checoslovaquia en los años 60. Se trasladaron a Marbella en 1979, donde adquirieron unos locales en el hotel Puente Romano, en los que el actor francés abrió un piano-bar donde tocaba este instrumento, ya que también fue pianista en París.  Allí trabó amistad con el trompetista Louis Armstrong, recibiendo a otros grandes músicos de jazz de la época.

El piano-bar de Marbella de Barray fue parada obligada de la alta sociedad de la Costa del Sol en esos años y grandes estrellas internacionales como Alain Delon o Sean Connery, entre otros.

También visitó el lugar Lola Flores, amiga del actor francés, quien había trabajado asiduamente por los tablaos de la zona junto a Rocío Jurado.

Gérard Barray logró la fama en su país gracias a su interpretación en la obra teatral El águila de dos cabezas, de Jean Cocteau, y después participó como espadachín en varias películas de acción del género de capa y espada.

Otro de los papeles más destacados de su carrera fue el del inspector San Antonio, un título del género policíaco de 1966. Participó además en la película de Alejandro Amenábar Abre los ojos (1997).

Gérard Barray debutó en el teatro en 1955 con El abanico de Lady Windermere, de Oscar Wilde, en el Théâtre Hébertot, y participó en varias películas.

En 1959, a su regreso del servicio militar en Argelia, interpretó su primer papel importante en Un juego para seis amantes, de Jacques Doniol-Valcroze. Al año siguiente, sustituyó a Jean Marais en El águila de dos cabezas, una obra de Jean Cocteau que, catorce años después de su creación, se reestrenó en el Théâtre Sarah-Bernhardt, de nuevo con Edwige Feuillère.

En 1961, tras formarse en esgrima con Claude Carliez y en combate con Henri Cogan, interpretó el papel del Duque de Vallombreuse en la película de Pierre Gaspard-Huit El capitán Fracassa, convirtiéndose, después de Jean Marais, en uno de los actores más emblemáticos del género. Destacó en los papeles de caballero, interpretando a d’Artagnan en Los tres mosqueteros, de Bernard Borderie, a Pardaillan en El caballero de Pardaillan (1962) y en Hardi! Pardaillan (1964), también de Bernard Borderie. En total, intervino en una decena de largometrajes, la mayoría de los cuales fueron éxitos de taquilla, ampliamente distribuidos en el extranjero.

Gérard Barray nació el 2 de noviembre de 1931 en Toulouse, recibiendo el nombre de Gérard-Marcel-Louis Baraillé. Su padre, originario de Mazamet, era ingeniero de artes y oficios y dirigía una fábrica en Toulouse. Su madre, nacida en Montauban, se licenció en francés, latín y griego.

Hacia los quince años, Gérard descubrió el jazz y su pasión por este género musical no decayó nunca. Por ello decidió fundar el piano-bar en Marbella. Participó en algunos espectáculos de cabaret, mientras prosiguió sus estudios y aprobó el bachillerato en la Universidad de Toulouse. Después empezó a estudiar obstetricia para suceder a su madre al frente de su clínica.

Sin embargo, sus gustos se inclinaron más hacia el teatro y la comedia. Siguió los consejos de Camille Ricard, actriz convertida en profesora del Conservatorio de Toulouse, que le aconsejó ir a París con una carta de recomendación para un amigo suyo, Noël Roquevert. Le hizo trabajar en algunas escenas y, cuando tuvo que irse de gira, fue admitido en el Cours Simon. Cuatro años más tarde, ganó el Prix du Jury. Para ganarse la vida, también actuó como pianista en cabarets como L’Écluse.