Las claves para entender la Cumbre del Cambio Climático en París

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Concentración ciclista en Madrid contra el cambio climático (Foto: Efe)

El acuerdo universal sobre el cambio climático que se cerrará en París las dos primeras semanas de diciembre (del 30 de noviembre al 11 de diciembre) tiene como objetivo principal limitar el aumento de la temperatura global en menos de dos grados. A la Conferencia de las Partes (COP 21) asistirán representantes de 195 países, junto a la Unión Europea, que persiguen reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera a partir del año 2020 y que la temperatura del planeta no supere los dos grados a finales de este siglo.

Hasta 2020 se mantiene aplazado el pacto alcanzado en la COP de Copenhague cuando se acordó en el Protocolo de Kyoto, el cual marcaba un recorte en las emisiones de CO2 del 15 % para los países firmantes con respecto a lo emitido en 1990 y finalizaría en 2050. Desde el acuerdo de Copenhague y según las asociaciones medioambientales, hemos sufrido un aumento de temperatura de 1,02 grados desde la época preindustrial, además hemos batido un récord histórico de concentración de CO2 en la atmósfera y 2014 fue el año más cálido de la historia.

¿Por qué es importante esta cita?

Algunos ya la llaman como la cita definitiva de la que se espera que salga un compromiso vinculante internacional para la reducción de los gases de efecto invernadero. Allí estarán presentes las grandes potencias mundiales de las que se espera también un compromiso firme por encima de sus beneficios o pérdidas con el cumplimiento de estas medidas. Precisamente, uno de los objetivos principales del pacto es marcar una fecha para eliminar los combustibles fósiles, enviando un mensaje contundente a los mercados de la apuesta política mundial por una economía baja en carbono.

Según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), los compromisos requieren una inversión de 13,5 billones de dólares hasta 2030, y en el caso de los países pobres están condicionados a la recepción de ayuda internacional, según indica el propio informe. París deja deberes a los firmantes en algunas áreas específicas: la creación de un mercado único de CO2; fijar un precio internacional al carbono o concretar planes en referencia a futuros desastres climáticos.

Los puntos fuertes y débiles

Para evitar el fracaso de Kioto lo que se pretende con esta cumbre es que no imponga metas individuales de reducción de C02. En esta cumbre pretenden que cada país voluntariamente presente compromisos de reducción de emisiones, tanto los desarrollados como los que no lo son. A unos días del inicio de la cumbre, más de 170 lo han hecho. Entre ellos figuran todas las principales potencias económicas del mundo.

Existen algunos puntos en que los países asistentes no quieren ceder ni un ápice en la negociación y son: la financiación a los países más vulnerables para mitigar el cambio climático; ir más allá de la mera declaración de intenciones y eliminar en el año que se fije la eliminación de los combustibles fósiles y la diferenciación o no entre países ricos y pobres en las negociaciones.

La Administración de Barack Obama podría tener problemas también como ya ocurrió en Copenhague para que el Congreso y el Senado ratifique un protocolo legalmente vinculante. La UE ya renunció a sancionar tras considerar que puede disuadir a algunos países a la hora de firmar el acuerdo.

«Sería triste y catastrófico que los intereses particulares prevalezcan sobre el bien común», alertó el Papa Francisco en la sede las Naciones Unidas de la capital de Kenia. Francisco, es el primer Papa en dedicar su encíclica a la lucha contra el cambio climático.

Sin embargo, existen puntos fuerts como la negociación entre China y Estados Unidos contra el calentamiento global; la declaración de los países del G7 para poner fin a los combustibles fósiles en 2100 y el apoyo de Obama a favor de la lucha contra el cambio climático, especialmente durante la Cumbre por el Clima que tuvo lugar este mes de octubre en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.

También, un total de 200 multinacionales han pedido a los países que pongan precio al carbono; el abaratamiento de las renovables en la última década y que las 10 mayores petroleras han creado una coalición para formar parte de las soluciones.

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