La importante decisión de Cristina Pedroche que afecta a su embarazo: «Quiero ser dueña»

La llegada del segundo hijo de Cristina Pedroche está a punto de hacerse realidad. La popular presentadora se encuentra en la recta final de su embarazo y ha compartido con sus seguidores un mensaje cargado de fuerza, conciencia y determinación. Su planteamiento sobre el parto marca una diferencia significativa respecto a su primera experiencia como madre, y muestra un cambio en su manera de afrontar este momento vital. A escasas horas de recibir al nuevo miembro de la familia que ha formado junto a Dabiz Muñoz, Pedroche se ha sincerado sobre sus planes y prioridades, dejando muy claro que esta vez quiere vivir el nacimiento con un enfoque muy distinto. La decisión está tomada y en OKDIARIO sabemos todo lo que hay detrás.

Los últimos meses de Pedroche han estado marcados por una profunda transformación personal, pero también por un contexto convulso que ha puesto a prueba su paciencia y su fortaleza. A lo largo de esta gestación, no han faltado los sobresaltos: desde la mudanza que coincidió con las últimas semanas del embarazo hasta un robo que supuso un susto inesperado para la familia. La suma de circunstancias provocó todo tipo de rumores sobre la estabilidad de su relación con el prestigioso chef Dabiz Muñoz. Sin embargo, ambos han respondido con naturalidad y cierto sentido del humor, tratando de esquivar las especulaciones con serenidad.

«Quiero ser dueña de mi parto»

A medida que se acercaba la fecha prevista para el nacimiento, Pedroche ha ido compartiendo con sus seguidores cómo ha afrontado emocional y físicamente este segundo embarazo. Lejos de encerrarse en la discreción, ha optado por mostrar su proceso con transparencia, revelando incluso los ejercicios que realiza para mantenerse conectada con su bebé. «Mimos para el cuerpo antes del parto», ha escrito en su cuenta de Instagram.

Una de las decisiones más importantes que ha tomado Pedroche en este embarazo tiene que ver precisamente con la forma en la que quiere vivir el parto. En sus propias palabras, ha manifestado un deseo claro: «Quiero ser dueña de mi parto». Estas palabras encierran una postura firme, consciente y conectada con su experiencia como madre.

A pesar de su carácter, que ella misma ha descrito como «muy controlador», ha aceptado que el parto es una experiencia compartida, donde entran en juego múltiples factores. «El parto no depende solo de mí, es algo que haré junto a mi bebé», afirma con la convicción de quien se ha preparado mental y emocionalmente para el reto. En este segundo embarazo, Pedroche ha buscado más información, ha leído, se ha documentado y ha escuchado experiencias de otras mujeres con el fin de estar lo más preparada posible. Para ella, sentirse informada es la clave para mantenerse serena en un momento tan delicado. «Llegar tranquila y tener toda la información de lo que pueda pasar» le permitirá, según sus propias palabras, mantener esa sensación de dominio que tanto necesita.

La experiencia de Cristina Pedroche

La experiencia que vivió con su hija Laia ha sido determinante en la manera en que ahora se enfrenta a su segundo parto. A diferencia de su primer embarazo, ha preferido planificar con más detalle todos los aspectos que le conciernen directamente, sabiendo que un parto no es una escena perfecta que pueda escribirse de antemano, pero sí un proceso donde cada decisión personal tiene un peso enorme.

Cristina Pedroche sabe que hay aspectos que escapan a su control. Ella misma ha reconocido que el periodo posparto es un terreno incierto. Las alteraciones hormonales, los cambios de ánimo o el cansancio físico son elementos impredecibles que ya vivió en el pasado. Esta vez, sin embargo, confía en que será diferente: «El bajón de las hormonas no puedo controlarlo tanto, pero confío en que será mucho mejor».

Todo está preparado. La familia está lista, los nervios se mezclan con la ilusión y Cristina Pedroche ha dejado claro que esta vez desea vivir el parto de forma distinta. Con su deseo de ser dueña de este momento, Pedroche no solo verbaliza una decisión práctica, sino también una declaración de principios. Su visión del embarazo y el alumbramiento ha evolucionado, y en esa evolución está el deseo de construir una experiencia significativa, centrada en ella y en su bebé, sin dejarse llevar por presiones externas ni protocolos automáticos.