Los drones, nueva amenaza para la seguridad aérea

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Juanan Jiménez
  • Juanan Jiménez
  • Especializado en información nacional e internacional, breaking news, periodismo de datos y visualización, también escribo sobre motor y tecnología.

Los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono el 11 de septiembre de 2001 cambiaron para siempre la concepción de la seguridad aérea. La amenaza interna pasó a un primer plano y se tomaron medidas encaminadas a evitar que cualquier pasajero pudiera poner en peligro la seguridad de un vuelo. Ahora, la cuestión que se plantea va más allá. La amenaza viene del exterior. Cada día son más frecuentes las denuncias de las tripulaciones que avistan drones cerca de sus aparatos en las maniobras de despegue o aterrizaje. El pasado fin de semana los pilotos de dos aviones que realizaban las maniobras de aproximación al aeropuerto de Santiago de Compostela denunciaron la presencia de un aparato no tripulado cerca de sus sendas de descenso.

Los drones han pasado de ser unos aparatos súper secretos, que operaban en zonas de conflicto espiando o bombardeando al enemigo, a democratizarse. Ahora, cualquiera tiene acceso a un aparato no tripulado. La tecnología y, sobre todo, el precio de acceso hacen que todos podamos poseer un drone. Otra cosa es el uso que se le pueda dar. Ya se han probado drones en la búsqueda de personas tras una catástrofe, en la entrega de paquetería, para evaluar daños en estructuras de difícil acceso como el tendido eléctrico, para realizar fotografías aéreas o, incluso, para ayudar en el salvamento de personas en las playas. Sin embargo, siempre habrá quién busque el lado perverso y utilice este tipo de aparatos para actividades ilegales. Ya se hay casos del uso de drones para el tráfico de drogas, por ejemplo.

Durante el último año, los incidentes con drones en las inmediaciones de los aeropuertos se han incrementado. Uno de los más serios se produjo en el aeropuerto internacional JFK de Nueva York. El 1 de agosto pasado, la tripulación del vuelto Delta 407, proveniente de Orlando, reportó la presencia de un drone cerca de la aeronave. El piloto no hizo ninguna maniobra evasiva pero dio parte a las autoridades federales de aviación (FAA) que inmediatamente abrió una investigación para determinar la procedencia del drone y actuar en consecuencia. Un suceso similar tuvo como protagonista a un vuelo de la compañía de bajo coste Jet Blue que se disponía a tomar tierra en el aeropuerto de Puerto Príncipe (Haití). El piloto avisó por radio que un drone había pasado justo por debajo del morro del avión a unos 800 pies de altura (243 metros) cuando se disponían a tomar tierra.

Estos casos también comienzan a darse en Europa. El 21 de julio, según informa AP, un avión de la compañía alemana Lufthansa estuvo a punto de chocar cuando estaba aterrizando en el aeropuerto de Varsovia (Polonia). El piloto aseguró que la aeronave no tripulada pasó a unos 100 metros de su avión. Las autoridades polacas abrieron una investigación para determinar quién volaba este tipo de aparato en una zona donde está terminantemente prohibido. Un portavoz del aeropuerto de Varsovia aseguró que no pueden controlar «si algún idiota decide súbitamente volar un drone frente a un avión a punto de aterrizar».

El aeropuerto londinense de Heathrow, uno de los aeródromos con mayor densidad de tráfico del mundo, también ha sufrido varios incidentes con drones. La página UK Airprox Board recoge numerosos incidentes con aparatos no tripulados en las inmediaciones del aeropuerto londinense. El 22 de julio de 2014 la tripulación de un Airbus con 180 pasajeros a bordo se llevó un susto tremendo cuando, disponiéndose a aterrizar, estuvieron a punto de chocar con un drone. Las autoridades inglesas catalogaron el incidente como tipo A,  considerado muy grave, y aunque se abrió investigación para localizar al piloto del drone, no se puedo dar con él.

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