Sociedad

El apellido paterno deja de tener preferencia desde hoy

El apellido paterno dejará definitivamente de tener preferencia sobre el materno a la hora de inscribir a un recién nacido a partir de este viernes 30 de junio, de forma que los padres tendrán que ponerse de acuerdo en el orden.

Si no se hace constar el orden, o bien los progenitores están en desacuerdo, transcurrido el plazo de tres días será el propio encargado del Registro Civil quien establezca dicho orden atendiendo al interés superior del menor, pero no poniendo por defecto el del padre, como se hacía hasta ahora.

La Dirección General de los Registros y del Notariado entiende que los encargados del Registro Civil están «preparados» para aplicar la reforma y prevé que «en la mayoría de los casos» serán los progenitores los que acordarán el orden de transmisión de los apellidos antes de la inscripción registral, igual que venía sucediendo hasta ahora, según han informado a Europa Press fuentes del Ministerio de Justicia.

Las mismas fuentes aseguran que esta modificación constituye «un elemento modernizador que busca la absoluta igualdad entre progenitores» y añaden que, por este motivo, se ha propiciado su entrada en vigor.

En caso de dudas entre los progenitores, la Dirección General de los Registros y del Notariado recuerda que su criterio para establecer el orden es: evitar cacofonías, combinaciones malsonantes o contrarias al decoro, que el primer apellido pueda inducir a confusión con un nombre propio o con la identidad de otra persona con fama de notoria relevancia negativa, o que se pueda dar preferencia a un apellido que resulte infrecuente según el Instituto Nacional de Estadística.

En este sentido, la letrada Anna Salort, especialista en Derecho de Familia y Derecho Civil de ABA Abogadas, ha aconsejado a los padres que se pongan de acuerdo en el plazo establecido antes de que la decisión la tome una tercera persona.

Desde el año 2000 se permite inscribir al niño con el apellido de la madre en primer lugar, si los padres envían una solicitud al Juez encargado del Registro Civil y una declaración de mutuo acuerdo sobre el cambio en el orden de los apellidos. Si bien, en caso de no existir consenso, se daba preferencia por defecto al apellido paterno. El orden de los apellidos establecido para la primera inscripción de nacimiento determinará el orden para la inscripción de los posteriores.

A comienzos del mes de junio, el Pleno del Senado decidió prorrogar un año, hasta junio de 2018, la entrada en vigor de la reforma del Registro Civil por «la complejidad y el cambio absoluto» respecto al modelo anterior, con el objetivo de tener tiempo suficiente para adaptarse desde el punto de vista estructural y organizativo, así como tecnológico.

Si bien, el pasado 14 de junio todos los grupos parlamentarios del Senado acordaron excluir el artículo sobre el orden de los apellidos de la ‘vacatio legis’ de un año impuesta al resto de modificaciones del Código Civil y del Registro Civil que acompañan a esta normativa, por lo que finalmente, este artículo entrará en vigor este viernes.

Feministas: «Un avance hacia la igualdad»

Las asociaciones de mujeres han celebrado que entre en vigor esta modificación porque consideran que se trata de un avance en favor de la igualdad que además supera tradiciones «sexistas».

En este sentido, la presidenta de Fundación Mujeres, Marisa Soleto, ha apuntado a Europa Press que esta medida «ayuda a equilibrar la posición de ambos progenitores», más allá de la «tradición». Además, ha puesto de manifiesto que en un contexto en el que no solo se celebran matrimonios entre personas de distinto sexo sino también homosexuales, «ya no parecía ser muy recomendable esa preferencia masculina».

Por su parte, la presidenta de Mujeres Progresistas, Yolanda Besteiro, ha añadido que es una medida «acorde con la realidad de los tiempos». «Es un avance hacia la igualdad, no había ninguna razón que justificara la prevalencia del apellido del padre mas allá de la tradición sexista», ha zanjado.

Mayor esfuerzo para los genealogistas

Por su parte, en cuanto a cómo puede afectar esta modificación a la genealogía, es decir, a la hora de investigar sobre los antepasados de una persona, el catedrático de Historia del Derecho y de las Instituciones en la UNED, Javier Alvarado, ha precisado en declaraciones a Europa Press que el cambio normativo «no necesariamente implicará problemas insuperables» más allá de un mayor esfuerzo y estudio.

«Únicamente, los genealogistas deberán tener en cuenta las previsiones legales. Esto requiere de un mayor esfuerzo y estudio, pero no es una dificultad que no pueda sortear un especialista», ha asegurado.