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De Alpha a Zeta, educando a las generaciones digitales

El tiempo de uso de los dispositivos digitales causa discusiones en casi la mitad de los hogares

La empresa Qustodio ha realizado el estudio, ‘De Alpha a Zeta, educando a las generaciones digitales’ por cuarto año consecutivo, con el objetivo de ofrecer una visión detallada de las tendencias y el uso digital en los menores durante 2022. El estudio presentado comprende una parte cuantitativa y otra cualitativa. Respecto a la primera, se ha contado con la información anónima proporcionada por más de 400.000 familias con niños de edades comprendidas entre los 4 y los 18 años de todo el mundo, encuestas a 1600 familias y a 10.000 escuelas.

Desde el punto de vista cualitativo, se ha recurrido a entrevistas personalizadas con padres y menores y se han incorporado los datos sobre las tendencias individuales del mercado en los Estados Unidos, el Reino Unido, España y Australia (nuevo país incluido), con el fin de presentar una fotografía actual de lo que está pasando con los niños y el uso de la tecnología.

Mientras que algunos argumentan que el uso de pantallas puede tener beneficios educativos y sociales, otros señalan posibles riesgos, como la exposición excesiva a la luz azul, la adicción a los dispositivos electrónicos y la falta de actividad física. El estudio presentado por Qustodio ofrece datos y consejos para que los padres puedan gestionar el consumo tecnológico de sus hijos y tomar las decisiones que consideren oportunas, tal y como declaró el director general de Qustodio, Eduardo Cruz: «Es importante que los padres establezcan límites adecuados y supervisen el uso de las pantallas para garantizar el bienestar y la salud de sus hijos».

Una de las primeras conclusiones a las que llega el informe es que el tiempo de uso de los dispositivos genera conflicto en las familias, generando discusiones diarias o semanales en más del 49% de los hogares. Sólo el 11% de las familias afirma que el uso de la tecnología no causa discusiones en su hogar. Del mismo modo, el castigo digital también pasa a ser algo habitual, Eduardo Cruz asegura: «La amenaza y el castigo de quedarse sin móvil es una de las herramientas más utilizada por los padres».

La edad de los padres también es determinante a la hora de establecer los límites que entran en conflicto con los hijos. El 87% de los padres más jóvenes, entre la franja de los 25 a 34 años, siente una mayor necesidad de controlar y vigilar el tiempo que pasan sus hijos frente a la pantalla, frente al 72% de los padres de 55 a 65 años. Ante estas situaciones de conflicto, el informe aboga por el diálogo para lograr el entendimiento con los menores y el 47% de los padres así lo creen. «Si tienes hijos digitales tienes que ser un padre digital y empezar a verlo desde pequeño» afirma el director general.

A qué se conectan los menores

Los padres tienen serios problemas a la hora de averiguar a qué se conectan sus hijos. El 53% afirma que se entera preguntando a sus hijos pero el 45% opta por seguir a sus hijos en las redes para saber qué está publicando y a qué se dedica. Pero saber qué consumen es muy complicado porque se conectan a todo y constantemente. Para poder analizar el comportamiento de los menores, el estudio de Qustodio establece cinco categorías para analizar el consumo tecnológico de los menores.

Conclusiones y predicción

Estos datos indican que el uso de Internet y los dispositivos electrónicos es cada vez más común en los niños y adolescentes de todo el mundo. Los menores pasan 1.460 horas al año conectados, lo que hace una media de 4 horas diarias. La tendencia a futuro es que esto siga creciendo, sobre todo el consumo de plataformas digitales de contenido o superapps que dispongan de muchas herramientas simultáneas. La otra predicción es que el metaverso y la inteligencia artificial van a ser la tendencia de 2023: los juegos inmersivos, los chats con inteligencia artificial y las aplicaciones inteligentes serán lo más consumido en este año.

Todos estos datos del informe subrayan la importancia de educar a los jóvenes sobre cómo utilizar estos recursos de manera responsable y equilibrada. Hay que educar a los niños en cómo usar todas estas herramientas pero además, no hay que olvidar educarlos socialmente porque estas herramientas se usan de manera personaliza e individual. «Es necesario establecer un horario tecnológico en el hogar y crear momentos de consumo digital en familia, no solo privativamente. Hay que incentivar las capacidades online y offline de los niños y sobre todo, hay que predicar con el ejemplo», concluye Eduardo.