¿Qué hace nuestro cuerpo mientras dormimos?

¿Qué hace nuestro cuerpo mientras dormimos?
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El descanso y el sueño  resultan imprescindibles para disfrutar de una buena salud. En esas ocho horas en las que permanecemos en la cama el cuerpo no deja de trabajar. Incluso en las fases más profundas continúa activo. Entre otras cosas los músculos se relajan, disminuye la presión arterial, el cerebro obtiene un mayor impulso energético y la respiración se ralentiza entre otras cosas, como apunta la Fundación Nacional del Sueño.  En este artículo te damos más detalles sobre qué hace nuestro cuerpo mientras dormimos.

Aunque nuestros ojos permanezcan totalmente cerrados habrá movimientos oculares fruto de la limpieza que realizan los párpados. Cuando los párpados se cierran recogen el polvo o bacterias que se van acumulando en los extremos de los ojos en forma de legañas.

Durante las horas de sueño el sistema digestivo consigue que las hormonas que inhiben y estimulan el apetito, la leptina y ghrelina, alcancen el equilibrio. En el caso de no dormir las suficientes horas este proceso podría verse afectado. Esto puede explicar en cierta medida los hombres de hambre de algunas personas.

El tiempo que permanecemos durmiendo permite que se reparen y crezcan los huesos y músculos, y esto es posible debido a que se libera somatotropina, hormona del crecimiento. Resulta más sencillo en esta franja debido a que la musculatura se encuentra más relajada. Al igual que esta se recupera, la piel también hace lo propio y consigue la restauración al generar más células y retrasar la descomposición. Los minutos que dedicas a la siesta no permiten que la piel se regenere, ya que esta energía que precisan los tejidos no está disponible durante el día.

También se amplían las defensas del sistema inmunológico durante las horas de descanso, lo que nos permitirá enfrentarnos mejor a posibles infecciones.

En el momento en que nos vamos a la cama hay un proceso de relajación a consecuencia de la reducción de los niveles de cortisol, una hormona vinculada con el estrés. Cuando se alcanzan tasas altas es debido a que atravesamos por momentos de depresión o ansiedad.

Por lo tanto, hay que intentar garantizar un adecuado descanso diario para beneficiarnos de todas estas ventajas. Aunque pensemos que la mente y el cuerpo se encuentran en modo ‘off’, en realidad continúan trabajando con normalidad o incluso con más intensidad. Ahora debes valorar si merece la pena quedarse despierto en el sofá esperando que acabe una película o es mejor meterse en la cama.

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