OkSalud
Verano

Manuel Vidal, podólogo: «Jamás recomendaría a nadie ponerse estas sandalias este verano, un 5 ‘pelao’»

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

En verano los pies se liberan. Las medias desaparecen, los zapatos cerrados se esconden en el armario, y llega el desfile de sandalias. Quedan mejor, refrescan más y es el momento perfecto para que el pie respire después de meses de encierro. Pero, no todo vale.

El podólogo Manuel Vidal, conocido en TikTok como Podomanu, ha destacado en un vídeo que hay sandalias que jamás deberías ponerte, por muy bonitas o veraniegas que parezcan. Y también hay otras que sí merecen un hueco en tu zapatero. Su criterio no se basa en modas, sino en salud. Y eso siempre va primero.

Estas son las sandalias que nunca deberías ponerte, según los podólogos

Vidal, que acumula más de 78.000 seguidores, asegura que las sandalias que nunca deberías ponerte son unas muy famosas: las Birkenstock clásicas. Estas se llevan un «5 pelao». «Podrían subir a un 7 si añadieran una tira en el talón», comenta.

El problema es que el arco anatómico no le va bien a todo el mundo, y esas mismas tiras que mejorarían el ajuste pueden acabar provocando heridas si caminas más de la cuenta.

Las siguientes en su lista negra son las alpargatas de toda la vida. «Son perfectas… si vives en el año 1970». Algunas, como las Toms, intentan mejorar con una plantilla algo más decente, pero la puntera sigue siendo un desastre. El pie se aplasta.

Las únicas chanclas que se salvan son, según Vidal, las Sofos. «No son perfectas, pero tienen una suela muy blandita, que viene de lujo si tienes fascitis plantar o vienes de andar media ciudad», dice. Además, la sujeción no está mal. Les da un 7.

Si lo que buscas es buena relación calidad-precio, su favorito es claro: las sandalias de Decathlon. «Lo tienen todo: amortiguación técnica, buena sujeción, y están pensadas para senderismo». Les falta un pelín de anchura, y por eso no pasan del 8. Pero cumplen muy bien.

Y para quienes quieren lo mejor de lo mejor, las Hoka Hopara son palabras mayores. «Han cogido unas zapatillas de correr y las han transformado en sandalias. Tienen un toe box amplísimo, ideales para recorrer ciudades enteras sin sufrir», apunta.

¿Es bueno llevar sandalias en verano?

La respuesta rápida es sí, siempre que se elijan bien. El pie necesita transpirar, y las sandalias permiten que el aire circule, evitando ese exceso de sudor que tantas veces termina en hongos o ampollas. En climas cálidos, son cómodas y ligeras. Mucho más llevaderas que un zapato cerrado que da calor nada más verlo.

Además, hay una variedad casi infinita de estilos. Desde opciones más casuales hasta modelos técnicos o incluso sandalias que podrían pasar por formales. Pero hay cosas que no se negocian y que siempre hay que tener en mente antes de comprar una.

El soporte es clave. Si vas a andar mucho, necesitas una suela que amortigüe y un diseño que sujete bien el pie. Las chanclas planas, esas que parecen una hoja de plástico, pueden acabar provocando lesiones: fascitis plantar, tendinitis o dolores articulares.

Los materiales también importan. Nada de plásticos cerrados que hagan sudar más. Busca tejidos transpirables y suelas que no se deformen al segundo día. Y, por último, el ajuste. Si te rozan, si baila el talón, si notas presión en los dedos, cámbialas.