Estas es la bebida alcohólica que más daña el hígado

Algún sábado o domingo a mediodía, aún víctima de la resaca, seguramente hayas oído de tus padres o tus abuelos aquello de que debes «aprender a beber». La mayoría de los españoles hemos escuchado esta frase en nuestra juventud, y eso se debe a que hay ciertos conocimientos en torno a las bebidas que deberíamos desarrollar. Por ejemplo, saber cuál es la bebida alcohólica que más daña el hígado; y por qué deteriora tanto este órgano.

Un grupo de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos se propuso averiguar cuál era la bebida menos recomendable, en base al daño que puede hacer sobre el funcionamiento hepático. Y los investigadores han plasmado en un informe algunas interesantes conclusiones al respecto.

Pero antes, ¿cuánto alcohol soporta el hígado?

Claro, no todos los seres humanos soportamos la misma cantidad de alcohol ingerido antes de sufrir una enfermedad de tipo «hepática alcohólica». Generalmente, los hombres jóvenes aguantan mayor cantidad de alcohol que las mujeres jóvenes y que los hombres adultos.

Pero hay otros factores individuales que dependen pura y exclusivamente de cada paciente, como su peso y los alimentos ingeridos en las horas previas a beber estas bebidas.

Una persona promedio es capaz de metabolizar por hora 0,12 gramos de alcohol en sangre aunque esta proporción es mayor en los hombres jóvenes bien alimentados al momento de beber alcohol. Independientemente de las circunstancias, una copa de más hace que el hígado tenga trabajo extra y deba sobre esforzarse por filtrar el líquido. El resultado de ello es que se acumula más grasa en él y, con el paso de los años, padecemos el llamado «hígado graso».

La bebida alcohólica que más daña el hígado

Si bien hay bebidas con un mayor contenido alcohólico, y al final éstas son las más desaconsejables para órganos como el hígado, lo que realmente influye son las cantidades que se beben.

Es decir, pasar la noche tomando cerveza es más perjudicial que beber una copa de vino. A la misma cantidad, hay una métrica creada por la Oxford Gut + Liver que nos facilita un poco las cosas. Lo que hacen es comparar las unidades de alcohol de algunas bebidas muy populares

• 1 copa estándar de vino tiene 2 unidades de alcohol
• 1 copa grande de vino 3 unidades
• 1 botella de vino 10 unidades
• 1 litro de cerveza 2,3 unidades

Como habrás notado, una copa de vino es casi tan perjudicial en este sentido como un litro de cerveza. Y luego hay bebidas blancas, como el tequila, cuyas unidades de alcohol son hasta 40% más que las del vino a la misma cantidad de líquido. En resumen, es importante tanto cuánto bebes como qué bebes.

Y no interesa cuál sea tu bebida favorita y las unidades de alcohol que tenga, es preferible que reduzcas al mínimo la ingesta de este tipo de productos. Quienes caen en ellos todos los fines de semana, y ni que hablar todos los días, son más vulnerables a las enfermedades hepáticas como cirrosis o hepatitis.

Aquellas con mayor grado alcohólico son las que suelen ser más perjudiciales especialmente si las bebemos con mayor asiduidad. Como ejemplo tenemos el tequila, que tiene de 35 a 55 grados de alcohol, el mezcal, de 35 a 55 grados; el ron, el vodka y el whisky también tiene similares grados, de  40 a 50 grados de alcohol y la ginebra, también, aproximadamente.

¿Cómo daña el hígado el alcohol?

No pasa nada si bebes un par de copas con amigos cuando te reúnes luego tras semanas de no verse, o incluso si te hace falta abstraerte un poco. Pero, si bebes alcohol a diario, lo primero que pasará es que causará alteraciones metabólicas relacionadas con la incapacidad de este órgano para poder procesar nutrientes y vitaminas correctamente. Más de una vez, se detectan problemas hepáticos por las deficiencias nutricionales que tiene el paciente.

Lo siguiente es esa acumulación excesiva de grasa en el hígado que puede derivar en inflamación del hígado y reacciones indeseables al comer o beber. Procura, por lo tanto, hacer una consulta con tu médico en caso de beber más de lo sugerido o de superar los 35 años de edad habiendo bebido de joven.