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Descubren que la metformina, un medicamento contra la diabetes, retrasa el envejecimiento

Aunque estos ensayos aún están en sus primeras fases, los resultados preliminares son prometedores

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

En un sorprendente avance en el campo de la medicina y la longevidad, investigadores han descubierto que la metformina, un medicamento ampliamente utilizado para el tratamiento de la diabetes tipo 2, tiene un efecto prometedor en la desaceleración del envejecimiento. Este hallazgo ha generado grandes expectativas sobre el potencial de este fármaco para mejorar la calidad de vida y prolongar la longevidad de las personas más allá de su uso tradicional para controlar los niveles de glucosa.

La metformina, un fármaco económico y accesible, ha sido un pilar en el tratamiento de la diabetes tipo 2 desde hace décadas. Sin embargo, investigaciones recientes han revelado que sus beneficios podrían ir mucho más allá. Estudios en modelos animales han demostrado que la metformina no sólo mejora la salud metabólica, sino que también influye en mecanismos biológicos claves relacionados con el envejecimiento, como la inflamación, el estrés oxidativo y la regulación del ciclo celular.

El envejecimiento es un proceso complejo influenciado por múltiples factores genéticos, ambientales y celulares. A nivel biológico, está vinculado al daño acumulado en el ADN, la disfunción mitocondrial, el aumento del estrés oxidativo y la inflamación crónica. Según los investigadores, la metformina podría ayudar a mitigar estos efectos al activar una enzima llamada AMPK (proteína quinasa activada por AMP), que desempeña un papel crucial en la regulación del metabolismo celular su la reparación.

Uno de los principales efectos de la activación de la AMPK, es la mejora en la eficiencia energética de las células, lo que reduce la producción de radicales libres, moléculas que dañan las células y contribuyen al envejecimiento. Además, la metformina parece tener un efecto positivo sobre la microbiota intestinal, lo que podría mejorar la salud metabólica en general y reducir la inflamación sistémica, ambos factores relacionados con un envejecimiento.

Estudios clínicos

El entusiasmo por las propiedades antienvejecimiento de la metformina no se limita a los experimentos con animales. Ensayos clínicos en humanos ya han mostrado resultados alarmantes. En 2019, el proyecto TAME (Targeting Aging with Metformin), liderado por un grupo de científicos internacionales, comenzó a explorar el potencial de este fármaco para retrasar el envejecimiento en humanos. El estudio se centra en evaluar si la metformina puede disminuir la incidencia de enfermedades relacionadas con la edad, como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares.

La ciencia del envejecimiento está entrando en una nueva era, y fármacos como la metformina podrían ser la clave para vivir más y mejor.

Aunque estos ensayos aún están en sus primeras fases, los resultados preliminares son prometedores. Algunos estudios han sugerido que las personas que toman metformina para tratar la diabetes tipo 2 presentan una menor incidencia de enfermedades relacionadas con la edad y una esperanza de vida ligeramente mayor en comparación con aquellos que no la utilizan.

Implicaciones para la medicina preventiva

El descubrimiento de que la metformina puede retrasar el envejecimiento abre un campo fascinante para la medicina preventiva. Si bien aún es pronto para recetar este medicamento a personas sin diabetes con el único objetivo de prolongar la vida, el potencial está ahí. Los científicos advierten que, aunque los resultados son talentosos, es esencial llevar a cabo más estudios para comprender plenamente los efectos a largo plazo y posibles riesgos de su uso prolongado en personas sanas.

Además, la investigación sobre la metformina como fármaco antienvejecimiento es solo una parte de un esfuerzo más amplio para encontrar intervenciones que puedan extender la vida saludable, un campo conocido como gerociencia. Otras terapias experimentales, como el uso de rapamicina, la restricción calórica y la manipulación genética, también están bajo investigación con el objetivo de encontrar maneras de retrasar el proceso de envejecimiento y reducir la incidencia de enfermedades crónicas en la vejez.

El descubrimiento del potencial antienvejecimiento de la metformina es un ejemplo de cómo los medicamentos ya existentes pueden tener usos inesperados que podrían transformar la medicina. Aunque queda mucho por investigar antes de que se pueda prescribir la metformina con finos preventivos en personas sanas, este avance marca un paso importante hacia la comprensión y eventual control del envejecimiento humano.