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Cómo debe ser el braceo del corredor en carrera

En nuestros inicios en el running le concedemos una gran importancia a la pisada, la respiración o los tiempos, pero pasamos por alto un aspecto esencial como es el braceo. El movimiento de los brazos y la postura que debe adoptar el cuerpo en su parte superior quedan relegados a un segundo plano. ¿Pero cómo debe ser el braceo del corredor en carrera?

Resulta necesario para establecer el ritmo, impulsarnos hacia adelante y mantener la postura adecuada para conservar el equilibrio del cuerpo.

En principio, el movimiento de los brazos debe ser muy natural. No hace falta que adoptes una postura que te resulte incómoda, ya que lo adecuado es ir relajado y sin tensión. Al igual que cuando caminas rápido los brazos se mueve de manera acompasada con las piernas, a la hora de correr debe ocurrir algo similar.

Los brazos no deben ir pegados al tronco. Intenta adoptar una flexión de 90 grados, en donde el movimiento se haga de atrás hacia delante, sin que se crucen por delante del cuerpo. Procura que los brazos y las manos no vayan muy tensionados, así que no aprietes los puños porque estarás consumiendo energía de manera innecesaria.

Con los hombros debe suceder algo parecido. Deben también estar muy relajados para que no nos cansemos antes de tiempo. Suele ocurrir en ocasiones que los encojamos al correr, pero así sólo provocaremos una tensión que acabará por provocar molestias y calambres en la espalda. Parecen consejos sencillos y al alcance de cualquiera, pero no todo el mundo los sigue porque cada uno adopta unas manías y resulta muy complicado deshacerse de ellas.

Al final, para conseguir el braceo adecuado sólo hace falta tener un poco de paciencia y mucha práctica. A medida que hagamos kilómetros y entrenemos la técnica de carrera, mejores serán los resultados. Procura interiorizar estos buenos hábitos y conseguirás así que te salga de manera involuntaria estos gestos.