Tras la vileza, destitución inmediata

Tras la vileza, destitución inmediata

Manu Cavanilles, asesor de estrategia y comunicación en La Moncloa, a las órdenes del todopoderoso Iván Redondo, mano derecha e izquierda de Pedro Sánchez, ha escrito en su cuenta personal de Twitter un comentario ignominioso y rastrero que le inhabilita para seguir ejerciendo su cargo público -pagado con el dinero de todos los españoles-. Tras conocer que el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, estaba infectado de coronavirus, Manu Cavanilles tiro de siniestra ironía para escribir el siguiente comentario: «El coronavirus se ha contagiado de Ortega Smith». No se puede caer más bajo ni ser más miserable.

El vil comentario del asesor monclovita, que forma parte del equipo de Sánchez desde que le asesorara en las primarias socialistas, no puede tener otra consecuencia -y ha de tenerla ya- que su cese inmediato. Por decencia, y también por una elemental cuestión de humanidad, el tuit de Cavanilles le retrata y le inhabilita para cargo público alguno. Cabe esperar que el Gobierno no se ampare en ninguna justificación o matiz -como que se trata de una cuenta personal- para no proceder de inmediato a su cese. Sin contemplaciones.

Si queremos dignificar la vida política, el Ejecutivo tiene que predicar con el ejemplo y prescindir de una persona que ha vertido un comentario tan innoble sobre el estado de salud de un parlamentario que sólo merece en estos momentos la solidaridad y el deseo de una pronta recuperación.

El coronavirus está poniendo a prueba la resistencia de nuestro sistema de salud y también de nuestro sistema económico, pero, al mismo tiempo, pone a prueba también la altura moral de nuestra clase política. Es por ello que el Ejecutivo está en la obligación de situarse al nivel que demanda la actual situación y purgar a quienes son incapaces de entender que no se puede, bajo ningún concepto, vomitar un comentario tan ruin.

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