Opinión

El único antídoto contra el socialcomunismo es la unidad de la derecha

Pablo Casado ha incidido en los argumentos planteados durante la moción de censura de Vox para volver a marcar distancias con la formación de Santiago Abascal. Según el presidente del PP, el límite para buscar acuerdos son los principios del partido, por lo que no se plegará ante los populismos y radicalismos. En suma, que Casado ha dado vía libre a Mañueco para que forme un Gobierno en solitario en Castilla y León, porque «no estoy en política para llegar como sea». Parece evidente que las aspiraciones del PP pasan por intentar alcanzar una mayoría suficiente con el apoyo de los partidos provinciales sin ceder a las eventuales exigencias de Vox. Es una vía compleja que puede terminar en unas nuevas elecciones, con el riesgo que eso conlleva ante la posibilidad de que la izquierda aproveche esta hipotética segunda oportunidad.

Los principios son fundamentales en política, pero en la situación actual lo esencial es no confundirse de enemigo y tratar de tender puentes con aquellos que, en las cuestiones nucleares, comparten una misma lealtad constitucional y tienen una visión similar de España, más allá de las discrepancias puntuales en determinados asuntos. Porque no hay nada más letal para los intereses nacionales que el socialcomunismo, nada más gravoso que esa retroalimentación de intereses entre PSOE, Podemos, separatistas y proetarras. El sanchismo está causando un daño enorme a España y es hora de  que la derecha alcance los acuerdos  necesarios para poner fin a un Gobierno que se ha convertido en una lacra.

Resulta increíble que después de que el socialcomunismo saliera derrotado en las elecciones del domingo, Sánchez haya logrado su propósito de desviar la atención hacia el PP, que debe tener claras cuáles son las prioridades. Bien está apelar a los principios, pero Vox no es el enemigo. Porque si así fuera quien saldría ganando es quien no lo merece en ningún caso: este Gobierno que está llevando a España al desfiladero. La unidad de la derecha es el único antídoto frente al socialcomunismo. Porque España también es una cuestión de principios.