Opinión

Tomamos nota

Las marcas comerciales tienen que ser cuidadosas y no concederles ni un atisbo de apoyo a los golpistas catalanes. En lo particular, porque se hacen un flaco favor a ellos mismos. En lo general, porque ayudan, directa o indirectamente, a los mismos kamikazes de la política que han tratado de paralizar la economía española. Por lo tanto, cualquier concesión es un tiro en el pie de dichas marcas. Le ha sucedido a Danone con el anuncio de los yogures Activia. En un anuncio emitido en una televisión de la República Checa han aparecido varias esteladas. El símbolo de los que quieren romper España.

Hay que tomar nota ante este tipo de comportamientos. Ya sea un error o una acción intencionada, está totalmente fuera de lugar que la imagen de Barcelona, la segunda ciudad más importante del país, se asocie al símbolo de los veleidosos. Por ello, Danone debe dar explicaciones de lo que ha pasado y separarse lo antes posible de esta corriente. De lo contrario, tanto los consumidores como las grandes superficies donde se venden deberían considerar la posibilidad de no comercializar con ellos. Una empresa tan importante no se puede permitir ni una sola ambigüedad, ya que además cuenta con plantas de producción en Madrid, Barcelona, Asturias y Valencia.

Por mucho arraigo que pueda tener en Cataluña —nació en Barcelona en el año 1919—, más arraigo ha de tener a la legalidad vigente recogida en la Constitución. Ninguna empresa debe olvidar que 4.500 de ellas han tenido que dejar la región por la acción perniciosa de los sediciosos. Es más, Puigdemont, Torra, Junqueras y compañía son los causantes de un deterioro económico en la comunidad autónoma que afecta a todos los órdenes de la sociedad. De hecho, el mal llamado procés —un golpe de Estado de facto— ha costado ya más de 40.000 puestos de trabajo. Por lo tanto, quien los apoye no merece la fidelidad de los consumidores.