Sin turismo no habrá recuperación

Sin turismo no habrá recuperación

Los datos turísticos de 2020 fueron horribles, pese a que en el verano se pudo mitigar algo la caída, pero sólo en una pequeña parte. Los datos acumulados del pasado ejercicio son desoladores y vienen a confirmar que el turismo se está desangrando, además, de manera acelerada. Tras el cierre productivo decretado en marzo, pocos hoteles reabrieron tras la finalización del primer estado de alarma y sus prórrogas, de manera que muchos permanecen cerrados.

Los datos, como digo, confirman esta situación. El número de pernoctaciones de viajeros en 2020 cayó, en tasa interanual, un 81,19%, que llega hasta un descenso del 87,9% si hablamos de las realizadas por no residentes. En el acumulado del año, el descenso también se sitúa en similares parámetros, con un retroceso del 71,7% en tasa anual.

Por su parte, el número de hoteles abiertos desciende hasta situarse sólo en el 48,2% de todos los establecimientos hoteleros nacionales. De la misma manera, la facturación de los hoteles que permanecen abiertos baja un 17,1%, con una bajada del precio de un 11,81% y una estancia media que disminuye un 16% respecto al año anterior. En definitiva, todo un desastre.

El turismo es una de las ramas de actividad económica principales en España. Según la cuenta satélite del turismo en España, publicada también por el INE, el peso del turismo en el PIB alcanzó, en el último año disponible (2018) los 147.946 millones de euros, que representa el 12,3% del PIB. Ese volumen de actividad genera 2,62 millones de empleos en la economía, hasta representar el 12,7% del empleo total nacional, con un crecimiento de su actividad de un 11,82% respecto a 2015, que en empleo se traduce en un incremento del 4,96%. Si, además, añadimos todas las actividades indirectas, como gran parte de la hostelería y del comercio, el peso del turismo en la economía española puede estar en un entorno cercano al 20%, con un nivel de empleo mucho mayor.

El turismo y la hostelería, así como el comercio, no dan mucho más de sí. Son las actividades más afectadas por las fuertes, duras y, en muchos casos, absurdas restricciones impuestas desde las administraciones por quienes en una gran mayoría de casos no saben bien qué es gestionar un negocio, pagar facturas y nóminas y trabajar duro. Medidas que, además, vista la realidad sanitaria, no han dado buenos resultados.

La Administración atenaza su negocio al prohibirles realizar su actividad con normalidad pese a haber invertido cuantiosas cantidades en medidas de prevención y seguridad, y con tanto cambio e información confusa, genera un pánico entre la población que hace difícil que vuelvan a recibir una cifra normal de clientes en un tiempo aun cuando se levanten las restricciones. Es imprescindible, manteniendo toda la prudencia sanitaria, generar confianza y permitir su actividad normal, porque si no uno de nuestros sostenes económicos habrá quedado arrasado para muchos años.

La Administración debe concentrar todos sus esfuerzos en lograr agilizar la vacunación para que la población pueda estar mayoritariamente inmunizada antes de verano, porque es esencial que se vuelva a confiar en nuestro país como destino turístico y podamos recibir a millones de viajeros. O se logra llegar a verano -la Semana Santa parece perdida- con la población vacunada para poder recibir turistas, o la economía española puede pasarlo muy mal durante muchos años, porque es nuestra principal industria, además, la más eficiente del mundo en dicha actividad económica, y dependemos, en gran parte, de ella. Debemos preservarla, ayudarla e impulsarla, y la mejor manera de ello no es permaneciendo de brazos cruzados e imponiendo restricciones, sino agilizando la vacunación, mejorando la eficiencia de la organización de dicha campaña, para asegurarnos de lograr que la mayoría de la población esté vacunada en verano y, así, ser considerado un destino seguro y poder recibir a millones de personas. Las administraciones públicas, todas, no tienen otra cosa mejor que hacer. Para eso, con nuestros impuestos, les pagamos.

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