En septiembre movilización general contra el Gobierno
Se está articulando ya, de forma aún leve, eso es cierto, una protesta general contra el Gobierno del Frente Popular. Por lo pronto, ya hay dos iniciativas muy sólidas: la moción de censura presentada por Vox, que probablemente tiene fecha para la primera quincena de septiembre, y una gran manifestación para el sábado 12, una marea humana se espera para protestar contra la política general que ejerce el dúo Sánchez-Iglesias. Respecto a la primera hay que señalar que, antes de llegado agosto, la dirección de Abascal especuló ciertamente con una doble posibilidad: presentar un candidato distinto al propio jefe del partido e intentar un acuerdo rápido con el PP para efectuar un movimiento consensuado de oposición. Esta intentona se frustró rápidamente porque el PP se negó siquiera a ratificar la censura. Tampoco la segunda opción parece en este momento. Es más, un parlamentario con grandes responsabilidades en la Ejecutiva del partido ha indicado a este cronista que esa referencia, no desechada del todo, eso es cierto, tiene escasos visos de verosimilitud. “¿Entendería la gente que quemáramos por ejemplo a Ortega Lara en una actuación de esta guisa?”.
Pues francamente no. Es cierto, sin embargo, que, cada día que transcurre, el personal encuentra más razones para establecer una dura oposición contra el Gobierno del Frente Popular, de manera que si, en el próximo septiembre, aparecen reunidas las manifestaciones populares contra Sánchez y sus socios y la propia moción de censura, por primera vez existirá la impresión de que esta media España que deplora a Sánchez y a sus conmilitones está en marcha, lejos, muy lejos, de las sonoras caceroladas que durante los momentos más críticos de la pandemia llenó los balcones de toda España. Ahora se trata de una oposición firme que se pretende sea coordinada entre partidos y organizaciones sociales que disienten, de parte a parte, con la coalición del Frente Popular. Desde luego, va a ser realmente difícil establecer esta reunión porque, si la desconfianza entre el PP y Vox es muy amplia, qué decir de las alternativas sociales que se pretenden organizar. En todo caso, hay que quedarse con las noticias que abundan en que la relación personal entre Pablo Casado y Abascal crece por días.
Lo cierto es que el caos interno y externo que se deriva del Gobierno socialcomunista es ya irreversible, pero, ahora bien: según informaciones de todo crédito que llegan del Podemos más reacio a Iglesias, éste en forma alguna llevará a su formación a punto de ruptura con Sánchez. Iglesias ha establecido en torno a si un cordón de leales paniaguados que se encuentran muy a gustito en el Gobierno o sus cercanías. El propio informante de Podemos asegura a este respecto: “Si nos vamos del Gobierno, no menos de quinientos individuos se quedarían en paro”. Siendo esto así la probabilidad de que Iglesias eche los pies por delante es muy pequeña; él mismo volvería a encontrarse en una situación muy distinta a la que disfruta ahora con coches oficiales a “gó gó”, personal a su servicio de todo pelaje y una protección policial que ya la siquiera para él mismo el dictador Putin, uno de sus más preclaros amigos políticos.
Todo esto no le asegura a Sánchez un suave otoño, más bien al contrario. Si la letalidad del Covid se agrava con los primeros fríos, la economía continúa deteriorándose y el malestar social se dispara, el presidente las va a pasar canutas para mantenerse más o menos estable en el Gobierno. Siempre le van a quedar a mano las ingeniosidades del gurucillo Redondo que, con toda seguridad y con una irresponsabilidad propia de su desbocado ego, intentará sacarse de la manga “causas sociales” para protagonizar la actualidad, causas como en su momento fue el desenterramiento de Franco o ahora la expatriación de Don Juan Carlos. En este sentido, ¿qué se les puede ocurrir a Redondo y a su ególatra jefe? Pues con toda certeza movilizar a la izquierda más rabiosa contra lo que queda de Monarquía, luego, según aprecia un colega con buena información de lo que se cuece en Moncloa, ya vendrán ellos manejando el Bálsamo de Fierabrás para convencer a la población de que las insidias contra la Corona son “cosas de los chicos de Iglesias”. Lo cual es absolutamente falso: unos y otros son las dos caras de la misma moneda: unos, Iglesias, atacan, y otros, Sánchez, miran a otro lado. Por primera vez, desde luego, parece que la población ajena al Frente Popular se organiza contra este conglomerado de vendepatrias. Cuando llegue septiembre, y como rezaba la canción, todo será de otra manera. No es nada seguro que para bien.
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