Sánchez vende el honor de la Guardia Civil por un puñado de votos

El pacto de Pedro Sánchez con el PNV para ser investido presidente incluía la inminente cesión de las competencias de Tráfico a la Policía Foral de Navarra, lo que supone una retirada silenciosa y progresiva de la Guardia Civil. Desde hace años, la labor de la Benemérita en ese territorio está siendo torpedeada: de hecho, ya apenas se le avisa para rescates en montaña y emergencias. Desde que Uxue Barcos llegó a la presidencia en 2015 -ahora gobierna el PSOE-, la Guardia Civil ha ido perdiendo presencia. Conclusión: el nacionalismo ha logrado su objetivo de expulsar al Instituto Armado de la Comunidad Foral. Las concesiones de Pedro Sánchez al PNV y Bildu han acelerado un proceso que en los últimos meses se ha intensificado por la necesidad del socialismo de echarse en brazos del nacionalismo y los proetarras para mantenerse en el poder.

Con la cesión de las competencias de Tráfico, la Guardia Civil mantiene una presencia meramente testimonial en Navarra, sin capacidad operativa alguna, pues hasta los Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) han sido sustituidos por el Grupo de Rescate Táctico de los Bomberos de Navarra. De la misma manera, los agentes del Seprona, encargados de la vigilancia medioambiental, han ido paulatinamente perdiendo su margen operativo en favor de la Brigada de Protección del Medio Ambiente de la Policía Foral.

La realidad es que Pedro Sánchez ha terminado por dar la puntilla a la Guardia Civil en Navarra. Con tal de mantenerse en La Moncloa ha permitido que el nacionalismo haya alcanzado su propósito. Dice la directora general de la Benemérita, María Gámez, que la «Guardia Civil va a seguir en Navarra». No cabe mayor hipocresía. Ella, mejor que nadie, sabe que la pérdida de competencias del Instituto Armado es irreversible. Conoce, mejor que nadie, cuál es el precio que han tenido que pagar Pedro Sánchez y María Chivite, presidenta socialista del Gobierno foral. Provoca vergüenza y bochorno comprobar hasta qué punto el socialismo ha vendido a la Guardia Civil por un puñado de votos.