Opinión

Sánchez se encomienda a Yolanda Díaz: sin Sumar el PSOE no suma

A estas alturas, cuando faltan ocho meses para las elecciones generales, lo único que está claro es que las aspiraciones políticas de Pedro Sánchez pasan porque el PSOE sume con Sumar: que la formación de Yolanda Díaz sea tercera fuerza, desplace a Vox a la cuarta y la ley D’Hondt obre el milagro de evitar la mayoría absoluta del bloque de derechas. Por eso, Sánchez pretende compartir con Yolanda Díaz buena parte de la estrategia electoral, que pasa por vender el trabajo de la coalición socialcomunista y vender «los éxitos» del Gobierno. Es por eso que Moncloa está poniendo todo de su parte para arrinconar y debilitar a Podemos con el objetivo de que Pablo Iglesias -es él quien guía al partido, no nos engañemos- asuma su debilidad y se preste a incorporarse a la nueva formación política sin exigir ostentar la hegemonía. Lo peor para Pedro Sánchez sería que Pablo Iglesias no aceptara que Podemos fuera comparsa y decidiera batirse en duelo con Yolanda Díaz, porque eso fragmentaría el voto a la izquierda del PSOE y facilitaría la mayoría de Alberto Núñez Feijóo con los votos de Vox. En ese caso, a Sánchez ya no le saldrían las cuentas

Las aspiraciones de Sánchez revelan que es perfectamente conocedor de que el PSOE no está en condiciones, por sí sólo, de presentar batalla al PP y que necesita como agua de mayo que el proyecto de Yolanda Díaz cuaje para seguir en La Moncloa, ya sin la insoportable compañía de los podemitas recordándole cada día que es presidente con sus votos. Por eso, la Operación Yolanda es vital para el secretario general de los socialistas y en Moncloa cruzan los dedos para que Podemos acepte, aunque sea a regañadientes y sobre la bocina, que su tiempo ha pasado y que si quieren no desaparecer del mapa tienen que pasar por el aro.

El problema es que Pablo Iglesias esté dispuesto a morir matando.