Opinión

El PSOE y el zafarrancho del enriquecimiento

Por fin dimite alguien en el PP. Esperemos que cunda el ejemplo en los demás partidos. También se larga de Cs Girauta. Aunque lo más probable es que ocurra lo contrario. Cesar a políticos inútiles no se estila, es más, la ineptitud se premia. Valga el caso de Patxi López que, sin valer para cargo alguno, se le nombra presidente de la nueva comisión para la reconstrucción social y económica tras la crisis del coronavirus. En este país, cuanto menos vales más subes. ¿Cómo va a reconstruir España este gachó, que ni siquiera está preparado para levantar una tienda de campaña de Boy Scouts? Si el futuro depende de él, nuestra nación acabará siendo una choza. Vivimos confinados como monos en un frasco y cada hora que pasa trae peores noticias. La tragedia envuelve al optimismo.

Un rumor de comisiones millonarias desvela el ansia del Gobierno para hacer negocio, aunque sea a costa de los que la palman. Sabido es que en una guerra vale todo. En la guerra contra el virus, no iba a ser menos. Detrás de las fortunas que surgen como por arte de magia sucia y que se dan en cualquier pandemia, hay intereses creados por no decir crímenes. El mercado negro saca a subasta sus productos defectuosos que adoran los piratas, ofreciendo, vendiendo máscaras, EPIs e inhaladores, made in Hong Kong, o en la China que parió y esparció el Covid-19, despreciando el desaprensivo que las compra, con dinero público, las fabricadas en España, infinitamente mejores, 66 veces más baratas las batas y 20 las mascarillas, sin importarles un bledo que caigan los sanitarios, se dejen la vida las enfermeras o queden sin protección adecuada, servicios de limpieza, bomberos, militares, policías y cuantos se desviven por nosotros. Lo único que les importa a los infames contrabandistas del poder es que el rumor de comisiones siga sonando.

“El PSOE ha contribuido al zafarrancho del enriquecimiento” afirmó Manuel Vázquez Montalbán el 20-5-90, fecha en que hizo entrega a IU de un manifiesto contra la corrupción política. Esta frase hará que Iglesias entre en éxtasis. Pero que no se confunda. Montalbán fue un escritor limpio, una persona digna, un comunista raro, por honesto. Dicha cualidad nunca acompañó a este nuevo rico engrupido, como llaman en Uruguay a los fatuos pretenciosos que inducen a tener por cierto lo que no son. Lo de la honestidad no le va, pues tiende más trampas que una araña. De seguir con la jerga rioplatense, yo diría que es el vicepresidente soplapitos, así denominan allí a los árbitros tramposos. ¿Su ideología? Enriquecerse él y arruinarnos a todos. El de Moncloa se ha comprado el mejor socio, una ganga, en el Rastro.

“La virtud, la opinión, la conciencia o la ciencia, en el que todo, en fin, de abajo arriba, se ha sometido a la ley del comercio. Un tiempo de corrupción universal y de universal venalidad”. Así definió Karl Marx en 1847 su época, cuanto se dejaba sobornar con dádivas. Y el siempre genial Antonio Gala, recreándose en la cita, añade, muchas décadas después: “Escalofría que estas palabras, hoy desacreditadas, sean solo una vislumbre de lo que es nuestro mundo”.