Opinión

Patada de Sánchez a Ayuso en el trasero de los madrileños

La estrategia de Pedro Sánchez con la Comunidad de Madrid en relación con la crisis sanitaria pasa por negarle el pan y la sal -por ejemplo, la realización de pruebas PCR en Barajas, una demanda que Isabel Díaz Ayuso le lleva haciendo desde el comienzo de la desescalada- y luego cuestionar la gestión que el Gobierno autonómico está haciendo de la pandemia. Es decir: apretar para, llegado el momento, ahogarla. Lo insólito es que el Ejecutivo socialcomunista practica la ley del embudo: mano ancha con otras autonomías y palo y tente tieso a Madrid. El último y clamoroso ejemplo es que Sánchez ha autorizado la realización de pruebas PCR en origen y destino a los turistas que visiten Canarias desde los principales países emisores de viajeros, especialmente Alemania y Gran Bretaña. Si tenemos en cuenta que Barajas es la entrada a Europa de los viajeros procedentes de Iberoamérica, donde la pandemia se está mostrando con especial virulencia, la doble vara de medir del Gobierno es la demostración más palmaria del sectarismo que caracteriza al socialcomunismo gobernante.

El doble rasero demuestra que Sánchez está utilizando la crisis sanitaria como instrumento de derribo del Gobierno madrileño del PP. Si el Ejecutivo aprueba la creación de un «corredor seguro» para los turistas que visiten las islas, la pregunta es por qué se niega a hacer lo propio en Madrid, una Comunidad que por la mayor movilidad de sus habitantes y por densidad de población necesita adoptar mayores medidas de prevención y control.

Según la ministra de Turismo, Reyes Maroto, «ha llegado el momento» de hacer los test PCR porque «el turismo debe estar dentro del corazón de Europa y dar confianza a los turistas». Se refería a Canarias, pero a Madrid parece que ese momento no ha llegado por el sectarismo de un Ejecutivo que ha diseñado un plan de acoso y derribo contra la principal comunidad del PP. Todo un  agravio comparativo que pone en peligro la salud de los madrileños.