No hay tres sin cuatro, Francina Armengol
Mentir en la comisión de investigación del Senado -cuando negó conocer a Víctor de Aldama- está muy feo y hasta puede ser un delito de falso testimonio, pero los problemas para la presidenta del Congreso, tercera autoridad del Estado y ex presidenta socialista del Gobierno balear, Francina Armengol, pueden ser mucho mayores. Y es que, según ha podido saber OKDIARIO, la UCO la tiene en su punto de mira por la compra de mascarillas y adjudicaciones de obras en la trama Cerdán, Ábalos, Koldo. No sólo la Guardia Civil sigue el rastro de los 3,7 millones de euros de material sanitario -inservible en muchos casos- adjudicados a la empresa Soluciones de Gestión en plena pandemia, cuando Armengol se saltaba el confinamiento, sino que hay adjudicaciones de obras a constructoras favorecidas por la trama que están bajo sospecha y en las que el anterior Gobierno balear de Armengol está bajo la lupa de la Guardia Civil.
Tiene que ver, sobre todo, con la construcción de un geriátrico en Son Dureta, en Palma, adjudicado por Armengol a la empresa Levantina Ingeniería y Construcción, casualmente la misma a la que el Ministerio de Ábalos, según el informe de la UCO, le dio contratos en UTE por valor de 125 millones de euros. Levantina se hizo con el contrato del Gobierno de Armengol por importe de 10,4 millones de euros, imponiéndose a constructoras de reconocido prestigio. Año y medio después, la empresa entró en quiebra hasta entrar en concurso de acreedores, lo que revela que el Ejecutivo socialista de Baleares no puso demasiado empeño en valorar el grado de solvencia cuando le adjudicó el contrato.
Pues bien, la UCO tiene a esa adjudicación bajo sospecha por razones obvias. Y es que si Levantina era una de las constructoras de preferencia de la trama orquestada desde el Ministerio de Transportes y Francina Armengol tenía un grado de colegueo exagerado con el mismísimo Koldo García, el hecho de que su Gobierno premiara a la constructora con una adjudicación de 10,4 millones de euros ha hecho saltar todas las alarmas en la Benemérita. Como diría el clásico: aquí hay gato encerrado. A Francina Armengol no le llega la camisa el cuello. Y razones tiene para ello. No hay tres -Ábalos, Koldo, Cerdán- sin cuatro.
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