Negueruela carga contra Marga Prohens, por algo será
Un medio local se hacía eco la semana pasada de la entrevista a Iago Negueruela por una agencia de noticias. Muy larga y muy disparatada también. El titular ya era en sí mismo una declaración de intenciones del propio medio: «Veo a una Marga Prohens muy desnortada, porque quiere ser un día Díaz Ayuso y otro día, Moreno Bonilla». Muy desnortada no debe ir entonces, porque hay que recordarle a Negueruela que Madrid y Andalucía han tumbado severamente al PSOE –su partido- en sucesivos comicios. Lo que volverá a ocurrir en Baleares si Prohens se desnorta y un día va de Ayuso y el otro de Moreno Bonilla. Son compatibles y además complementarios.
Me he referido a la declaración de intenciones porque el contenido de las respuestas es muy jugoso, aunque extremadamente triunfalista. Incluso nos cuenta Negueruela que Baleares es mucho más motor de la economía que Madrid. También que el Pacte es lo mejor que le ha ocurrido a Baleares en toda su historia. Ahora que lo pienso, el medio en cuestión, por muy adicto que sea a la izquierda, no podía hacerse eco de unas declaraciones que son un completo disparate, un monumento a la autocomplacencia. Así pues, la mejor opción era cargar contra el PP con citas entrecomilladas.
Es probable que en la referencia de Negueruela a una desnortada Prohens tengan mucho que ver las declaraciones de la lideresa del PP el pasado junio allí donde afirmaba: «Tenemos que ser capaces de llegar a aquellos que buscan la moderación y que quieren una gestión tranquila y eficiente (claro alineamiento con Moreno Bonilla), pero también a aquellos que buscan un proyecto claramente liberal, de libertad y valiente en la defensa de sus principios (claro alineamiento con Ayuso). Y cierro comillas. ¿Dónde está la desorientación de Marga Prohens? A eso se le llama apostar por una gestión eficiente (suficientemente demostrada por el PP), pero también el reconocimiento a la necesidad de coger por los cuernos la batalla cultural o si lo prefieren de las ideas (algo de momento inédito en el PP). Es evidente la burla interesada de este socialista a las propuestas de Marga Prohens.
Iago Negueruela ha vuelto a regalarle por segunda vez la campaña a Marga Prohens, pero en realidad quien lo ha vuelto a hacer es Francina Armengol, que escondida tras la roca le encomienda a su correveidile soltar las pullas, porque ella prefiere no significarse y, mientras tanto, estudiar a quien va a ser la próxima presidenta del Govern y encontrar la manera de acabar con ella, acudiendo a las malas artes que definen a esta izquierda woke.
Sobre «no hay oposición, ya que el PP no tiene proyecto de Baleares», al decir de Negueruela, bueno será recordarle al socialista otra parte de las declaraciones de Marga Prohens el pasado junio: «Hay que ofrecer una alternativa propia para las islas. Quiero llegar a todos los ciudadanos de Baleares porque el nuestro es un proyecto con acento propio y de múltiples sensibilidades para todos los ciudadanos de las islas». Atentos votantes de la izquierda, no cautivos fruto de la lobotomía sectaria: «Llegar a todos los ciudadanos, de múltiples sensibilidades». Algo, jamás practicado por la izquierda, que entiende el poder como herramienta para imponer su manual de corrección política y de pureza ideológica. Woke, sinónimo de progre.
Porque woke se utiliza para «describir todo lo que antes podía calificarse de políticamente correcto», según declaraciones de Evan Smith a la CNN y no me refiero al cutre treintañero influencer de Pittsburgh, sino al profesor asociado de Flinders University, de Adelaida, en la Australia meridional.
Negueruela repite, o sea cacarea, las consignas dictadas desde la sede central del PSOE y, entre ellas, que la culpa de todos los males que nos aquejan es exclusiva de la guerra de Ucrania. Un monaguillo del aparato, haciendo los deberes para que le den palmaditas en el hombro, que en eso consiste ser el número dos de los socialistas en Baleares. Un mediocre procedimiento.
Tiene además la desfachatez de asegurar que «no hay oposición, ya que el PP no tiene un proyecto de Baleares». Sepa Negueruela, que desfachatez relata «la actitud de la persona que habla con excesiva desvergüenza o falta de respeto» y también «dicho o hecho descarado o insolente». La falsedad de Negueruela es insolencia y es desfachatez. Es la mierda de siempre, que tanto gusta a una izquierda que miente más que habla y mira si habla.
El Pacte de Progrés al acabar esta legislatura habrá okupado el poder en las Islas Baleares durante 16 años ¿Qué nos ha legado? Pues pancatalanizar el archipiélago, además de un miedo cerval a la hora de afrontar las necesarias infraestructuras. Salvo carril bici y pintar de rojo y blanco calzadas, que es manera subliminal de recordarnos el poderío del puño y la rosa sobre fondo rojo, una concesión de la ciudadanía incomprensiblemente narcotizada.
Se anuncia ahora mismo que el Consell de Mallorca acaba de archivar todos los proyectos de mejora de la red viaria circundante de Palma a pesar de los problemas de circulación que le son propios y que además ya son crónicos.
Díganme dónde está la obra pública relevante acreditada por los Pactes del PSIB-PSOE. Y la obra pública define bien el proyecto de una comunidad. Lo único que han hecho en estos 16 años es desdoblar desde Ocimax hasta el inicio de la carretera de Valldemossa. Es fruto del pánico que le tienen a los ecologistas de salón, que imagino hoy en día no va a lomos de mulos y sí en coche y por la red viaria proyectada por el PP.
Gabriel Cañellas y Jaume Matas fueron motores de las infraestructuras que necesitaban las Baleares, algo que no pueden exhibir Francesc Antich ni Francina Armengol. Cierto que Son Espases se corresponde con la etapa del Antich aupado a la presidencia del Govern, aunque se trataba de un proyecto íntegro del PP que el socialista desarrollaría «con mucho dolor de mi corazón», como dijo en rueda de prensa, a la que asistí por cierto.
Por algo será que Iago Negueruela intenta ningunear a Marga Prohens y la respuesta es que la lideresa del PP ha venido para saldar cuentas de una vez con la izquierda cainita y analfabeta. Para salir del paso, optan por intentar destrozarla con malas artes; salvo que, en efecto, Marga Prohens tenga el acierto de encontrar ese punto desnortado para dar con la clave del éxito. Se acabaría el Pacte y sin hacer una peineta. Solo regresando a la cordura.
Esta vez Armengol no tendrá enfrente a un inexperto Biel Company, sino a una mujer, Marga Prohens, que ha crecido asombrosamente como diputada en el Congreso. Solo necesitará exhibir carácter, fortaleza y convicción.
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