Opinión

… y Carmena ¡de vacaciones!

Ni está ni se le espera. Manuela Carmena se va de vacaciones durante casi todo el mes de agosto a pesar de que Madrid está colapsado por la crisis en el sector del taxi. Ante unas reivindicaciones que paralizan sine die las principales arterias de la capital de España, sería obligación que la máxima representante de la urbe permaneciera al frente del Consistorio para dar ejemplo. Lejos de eso, Carmena repite el comportamiento negligente e irresponsable que ya exhibiera durante los graves disturbios que sumieron en el caos el barrio de Lavapiés después de la muerte por infarto del senegalés Mame Mbaye.

Si tomamos aquellos graves acontecimientos como referencia, el equipo de Ahora Madrid no está preparado para gestionar momentos tan delicados. Muy al contrario, algunos de sus miembros utilizaron aquel hecho luctuoso para tratar de cargar contra la Policía y sacar así rédito político. Una reacción abyecta que ni siquiera tuvo la reprimenda de la primera edil. Carmena no sólo se ausentó por un viaje a París, sino que a su vuelta dijo que no tenía «nada que reprochar a nadie» después de que algunos concejales hubieran difundido el bulo de que habían sido los policías quienes habían acabado con la vida de Mbaye.

La capital de España vuelve a sufrir un contexto convulso estas últimas jornadas que no sólo pone en jaque el día a día de sus ciudadanos, sino que afecta gravemente a su imagen y viabilidad en una época del año donde los turistas se convierten en un activo fundamental. La falta de diligencia del Gobierno de Pedro Sánchez a la hora de dar respuesta a las peticiones de los taxistas amenaza con prolongar los problemas de transporte en la capital. Sin embargo, Manuela Carmena, pasividad mediante, se escuda en la primera teniente de alcalde, Marta Higueras, y en el segundo, Nacho Murgui, para no asumir su responsabilidad. La máxima responsable de una ciudad tan importante debería permanecer en su puesto hasta que el problema tuviera visos de solucionarse.