La indignidad
La semana que finaliza nos ha permitido asistir a la más dolorosa plasmación de la indignidad política ejercida desde el poder. Ver al Gobierno de la Nación y al PSOE alineados con los delincuentes, ya sea con los independentistas sediciosos de Cataluña o con los prevaricadores socialistas de Andalucía, es algo que supera con creces las peores expectativas que uno pudiera tener sobre ambos.
Porque cabe destacar que el PSOE y el Gobierno no se han conformado con defender «el honor» de los dirigentes socialistas (los dos últimos presidentes del PSOE, sucesores en el cargo de Ramón Rubial …) que han sido condenados en firme por organizar una trama clientelar para favorecer a su partido y garantizarse unos resultados electorales que les permitieran mantenerse en el poder. Las relaciones y los vínculos con los bajos fondos han llevado al PSOE y al Presidente del Gobierno de España, a los socialistas españoles, a justificar la trama corrupta organizada por sus compañeros. En esto también se repite la historia. Recuerden a Eguiguren, justificando la existencia y los actos de ETA: “No tienen razón, pero tienen sus razones…”. Hoy es la cúpula del PSOE y del Gobierno de España quien aplica esa lógica perversa para justificar tanto a los corruptos de la misma militancia ideológica como a quienes llevan a cabo golpes de contra la democracia.
Es imposible no sentir vergüenza e indignación al escuchar las declaraciones de Ministros y dirigentes del PSOE “argumentando” que sus compañeros -condenados por prevaricación y por desviar para fines ilícitos más de seiscientos millones de euros destinados a los parados de Andalucía- que los condenados son personas honorables que “no se han llevado nada a su casa”. Y, lo que es más, que “pagan justos por pecadores”. Justos… Los “justos” y “honorables” son los que han desviado fondos para mantener ilegítimamente – no es legítimo ganar elecciones comprando votos…- el poder institucional. Los “pecadores” son, al parecer, los parados estafados y los jueces que han juzgado y dictado sentencia.
Robar dinero es un delito catalogado en el Código Penal. Pero utilizar una institución para comprar votos con el dinero de los parados es, además de un acto asqueroso e infame contra las personas que más necesitan el apoyo público, es mucho más grave, supone robar a los ciudadanos el derecho a elegir libremente y en condiciones de igualdad a sus representantes.
Bueno, pues ya ha quedado claro que para el PSOE es legítimo pervertir el sistema electoral. Y es que a los socialistas se les da genial robar derechos de ciudadanía para lograr y mantener el poder. Robaron el libre albedrío de los andaluces para mantener el poder autonómico y con la misma lógica antidemocrática entregan la soberanía nacional a los golpistas catalanes para mantener a Sánchez en la Moncloa.
De ahí su alineamiento con los otros delincuentes, con los golpistas catalanes. No contribuyamos a pervertir la democracia pervirtiendo el lenguaje, llamemos a las cosas por su nombre. Eso que denominan “Mesa de diálogo” es una mesa extraparlamentaria constituida entre dos gobiernos (uno nacional y otro regional) en pie de igualdad, en virtud de la cual se reconoce a una parte de los españoles el derecho a decidir el futuro de todos nosotros. Al constituir esa Mesa extraparlamentaria y bilateral, Sánchez entregó a los golpistas catalanes la herramienta para destruir la soberanía nacional. Por cierto, la misma herramienta que en el pasado exigían los terroristas vascos para dejar de matarnos. El «diálogo bilateral», «la seguridad jurídica» o el «reconocimiento del conflicto político» -que figuran como objetivos en el acta de constitución de la Mesa, en papel con el escudo de España- son frases textuales que ETA ha utilizado a lo largo de la historia exigiendo la rendición de la democracia para dejar de matar. Ningún gobierno cedió al chantaje de los terroristas, a pesar de que la oferta era perdonarnos la vida. Sánchez ha cedido para que a él le dejen vivir… en la Moncloa.
Ninguna sociedad democrática consentiría que el Gobierno entregara la soberanía nacional, entre otras cosas porque no le pertenece. Pero los españoles hemos permitido a Sánchez hacerlo. Constituyó la mesa bilateral para negociar en ella lo que no le pertenece y no salimos a la calle…; y de aquellos polvos, estos lodos. La consecuencia es que en la tercera reunión, la de esta pasada semana, han decidido que Cataluña es territorio sin ley. Han decidido que las leyes no se les aplicarán a los políticos catalanes que cometan delitos. Y como Cataluña es oficialmente territorio sin ley su gobierno autonómico no acatará las sentencias de los tribunales que protegen derechos fundamentales de todos los ciudadanos. Y a eso le han llamado “desjudicializar la política”.
He leído por ahí que en base a este acuerdo entre el Gobierno de los golpistas catalanes y el gobierno social comunista de España “se excluye el castellano” del ámbito educativo. Ay, el lenguaje… No; los excluidos son los ciudadanos a los que se les roba su derecho a ser educados en la lengua común, en la lengua del Estado. Y a eso le han llamado “proteger la lengua catalana”.
Las lenguas no tienen derechos, los depositarios de los derechos son los ciudadanos. Lo que los poderes públicos tienen la obligación de proteger y garantizar es el ejercicio efectivo y libre de los derechos que la Constitución nos reconoce a todos los españoles. En este caso, el derecho a elegir libremente la lengua en la que educamos a nuestros hijos, en la que nos relacionamos con la administración y/o la que empleamos en los espacios públicos. Ese es el derecho que el Gobierno de España ha decidido vulnerar atentando directamente contra la Constitución, la declaración Universal de los Derechos Humanos y a la declaración Universal de los Derechos del Niño.
En manos de esa gentuza, aliados naturales de los delincuentes de todo tipo y condición, está hoy por hoy los destinos de España. ¿Pero qué puede salir bien con un Presidente de Gobierno que no sabe qué es una Nación y que designa como portavoz del grupo mayoritario del Congreso a un diputado que no conoce el Principio de Arquímedes?
No queda otra que movilizarse frente a tanto despotismo y desvarío. No podemos permitir que nos roben una democracia, no podemos dejar a nuestros hijos –no al menos sin librar la batalla- un país menos democrático que el que nuestros mayores soñaron y comenzaron a construir para nosotros. El 18 de setiembre tenemos una cita en Barcelona. Todos los españoles, sea cual sea nuestro lugar de residencia, estamos convocados para defender la libertad y los derechos de ciudadanía.
Nos vemos en Barcelona.
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