Opinión

Faltas de respeto de un maleducado

La honorable Narbona, presidenta del más nefasto PSOE de todos los tiempos y vicepresidenta del Senado menos limpio que hemos conocido, ha acusado al PP de “falta de respeto”, ni más, ni menos. Según la dama, se dañó el decoro por el simple hecho de proponer un candidato alternativo a Sánchez, al que considera un emperador y no ese maniquí en funciones que hizo el ridículo y fracasó de modo apoteósico en una investidura que no logró convencer a nadie. Falta de respeto es, dulce Narbona, explotar a la ciudadanía, aplicándole tributos medievales como de consuno hacéis los sociatas para seguir enriqueciéndoos, sin importaros dejarnos caninos. Eso sí que es una falta de respeto, además de una cruel indecencia.

Falta de respeto es no cumplir con cada una de las palabras dadas y tomarse a guasa las promesas que rifáis en vuestros aquelarres. Falta de respeto es sentar en TVE a un criminal de la calaña de Otegi para vejar a familias que perdieron seres queridos en matanzas terroristas. Falta de respeto es pactar con Bildu, dejando a la mayoría de los navarros al borde del desastre. Falta de respeto es no contestar a la Guardia Civil, cuando ha solicitado de este vago disfuncional, o simplemente Sánchez, una reunión para solucionar ya sus sueldos de hambre, más otros asuntos de logística militar que urgen y demanda un cuerpo noble que siempre vela por nosotros. Falta de respeto es mantener un Gobierno de ineptos que lían todo y no resuelven nada.

Falta de respeto es no atender todas las necesidades reclamadas por la Policía Nacional y, por si fuera poco el desprecio, además quitarle la gestión de los datos de pasajeros de aviones para dárselos a un chiringuito privado de próxima creación. Falta de respeto es eludir la opinión de la OCDE, “hay síntomas de debilidad en la economía española” y salir diciendo gansadas dignas de tebeo: “la economía va viento en popa”. Falta de respeto es irse de vacaciones a Doñana teniendo al país en dique seco y lo que es todavía peor, el futuro empantanado. Falta de respeto es donar dineros públicos a traidores separatistas con tal de amarrar su apoyo. Falta de respeto en extracto puro eres tú, más tus funciones incesantes que nos llevarán al traste.

Hay que ser hortera para presentarse en Marivent con un traje muy mal cortado y sin planchar, cuando el Rey, después de aguantar el plantón que le diste, propio de gente de baja estofa que carece de la mínima educación, te esperaba impecablemente vestido y de sport, como iba él y requiere esta época del año. Eso también es una falta de respeto, mayúscula e imperdonable: obligar al jefe del Estado a tragarse, con una sonrisa de bienvenida, las groserías de un patán, tanto en el vestir, como en haber llegado una hora tarde a la cita. Pero los soplagaitas son así, les da todo igual. Están de moda, por cutre y triste que sea la moda. O un tsunami se los lleva por delante, o tendremos zánganos y zopencos para exportar.