Opinión

España sin izquierda

Cada día es más evidente que España, su sistema democrático de partitocracia corrupta, además de los males inherentes a su conformación heredera de la dictadura que transmutó en un régimen de partidos, carece de un partido de izquierda de ámbito nacional y patriota. Un papel que durante los pasados cuarenta años vino desarrollando el PSOE en su bipartito con el PP, pactando ambos con los nacionalismos a cambio de concederles beneficios y privilegios para sus territorios y su ciudadanía en detrimento de todos los demás. El PSOE ha cambiado de trinchera con la llegada de Pedro Sánchez.

El PSOE no existe en Cataluña. Allí existe el mayor foco de tensión independentista y la política del socialismo del Estado la decide el PSC, un partido nacionalista. Partido que en sus siglas dice lo que es, al tener la “C” de Cataluña más grosor, importancia, que la “P” de Partido y la “S” de Socialista. El PSC defiende desde años su autonomía plena sobre el PSOE como partido propio, y las propuestas de su secretario general, Iceta, para combatir el independentismo son un nuevo estatuto con más competencias, mejor financiación y blindar en dicho texto que la imposición de la política lingüística sea competencia exclusiva de la Generalitat. Tantos años de servidumbre han terminado por asumir como lógico que haya alcaldes y líderes políticos en Cataluña que no saben escribir en español, y cuando lo hacen, con faltas de ortografía con las que no superarían un examen de secundaria, y lo mismo les ocurre cuando hablan en nuestra lengua. Esta política lingüística de exterminio del español se está extendiendo ya a Baleares, donde la presidenta autonómica y miembro del PSOE está empeñada en imponer el catalán en la administración pública, exigiéndolo en profesiones como la medicina.

Que haya un presidente del Gobierno aupado al cargo con los votos de independentistas, exterroristas y de la izquierda cainita de Podemos, y sus discursos de la España plurinacional, que en un contexto no conflictivo podrían ser neutros, en la situación actual son un arma poderosa en manos de independentistas catalanes y vascos contra el resto de españoles. ¿Por qué en el PSOE nadie levanta la voz contra estas aberraciones? Porque esta democracia es de tan ínfima calidad que la ciudadanía no vota a personas sino a partidos. Partidos que deciden ellos a quién colocan en listas cerradas y que después deciden con quien pactan o dejan de hacerlo sin que la ciudadanía pueda hacer más que aceptar su papel de simple legitimador de las prácticas y decisiones de partidos políticos cerrados, no democráticos y que conforman todo el poder del Estado, el legislativo, ejecutivo y el judicial, decidiendo la conformación del Gobierno de los jueces, que sería aceptable en partidos democráticos, listas abiertas, con más participación de la ciudadanía en la partitocracia mal llamada democracia.

Cada día que pasa será más difícil revertir la situación actual y volver al Estado de Derecho con ciudadanos libres e iguales en todos los territorios. Que el PSOE y sus compañeros de viaje se hayan opuesto a la tarjeta sanitaria única, de uso en toda la nación, porque ello va contra las competencias de sus estructuras burocráticas en las comunidades autónomas sería suficiente en cualquier país mínimamente formado para forzar ese derecho en las urnas. España necesita un partido de izquierdas, socialdemócrata, que no sea este PSOE nacionalista ni este comunismo rancio podemita que pretende robar el derecho a decidir, la soberanía nacional, a todos los españoles, y depositarlo solo en los residentes en Cataluña. España necesita un partido de izquierda nacional que hoy no existe.