El discurrir de la vida del Rey Juan Carlos en Abu Dabi
Las noticias que nos llegan de la vida que lleva el anterior monarca en Abu Dabi son positivas, sobre todo en el importante aspecto de su estado de salud, fruto de los cuidados que recibe de un equipo de fisioterapia y mantenimiento a diario. Don Juan Carlos se ha tomado en serio hacer los ejercicios prescritos por el equipo médico que se ocupa de él y que trata, principalmente, de que el padre de don Felipe no retroceda en su movilidad y que guarde una dieta apropiada para mantener su peso en el punto adecuado y no le cargue demasiado sus débiles piernas y maltrecha espalda. Hay que recordar que él lleva prótesis en una de sus rodillas y que está operado de la columna.
Por supuesto, eso no le libra de necesitar apoyos a la hora de caminar, tal y como le vimos en sus recientes apariciones en Atenas, en el funeral de su cuñado, el rey Constantino, o en París, cuando acompañó al escritor Mario Vargas Llosa el día de su entrada en la Academia Francesa. A veces se aventura a andar él sólo y puede mantener el equilibrio con ayuda única de un bastón o recurre a apoyarse en el brazo de uno de sus amigos o familiares, como pasó en la capital francesa cuando entró en la Academia con su hija, la infanta Cristina.
Ahora, el foco está puesto en conocer si don Juan Carlos ha sido invitado por la Casa Real británica a la ceremonia de coronación del rey Carlos III y su consorte, la reina Camila, prevista para el próximo 6 de mayo. Las invitaciones están empezando a salir de los despachos de Buckingham Palace y hay quien asegura que en el Palacio de la Zarzuela ya se han recibido. O sea que habrá que estar atentos para comprobar si en la corte real inglesa se respeta y se tiene en cuenta que don Juan Carlos sigue siendo rey a título honorífico y, por tanto, deberá estar en la ceremonia que consagrará a Carlos III, con toda la pompa y boato que requiere el acto, nuevo jefe de Estado de Reino Unido además de cabeza visible de la Iglesia anglicana.
Mientras tanto, llegan rumores sin confirmar oficialmente aún que cuentan que el anterior monarca español está deseando volver a competir en las regatas de vela que se celebran en distintos países europeos, dado que él se considera en la forma física adecuada para hacerlo. Lo que prefiere, por el momento, es no volver a Sangenjo para no volver a crear problemas a su hijo, el Rey Felipe, que le reconvino el año pasado por el circo mediático que se formó cuando viajó a la ciudad gallega para participar en una competición de vela.
Su presencia en Sangenjo, seguida paso a paso por los medios de comunicación españoles y extranjeros, armó tal revuelo que soliviantó a los miembros del Gobierno español y a su presidente, Pedro Sánchez, que reclamaron de forma unánime que lo que tenía que hacer don Juan Carlos era dar explicaciones de su conducta irregular en el terreno fiscal. Desde entonces, el que fue jefe de la Casa Real durante casi 40 años no ha vuelto a pisar suelo español. Y no por falta de ganas, sino por respetar los deseos de su hijo y buscar la forma adecuada y discreta de poder hacerlo sin crear controversia ni provocar reacciones indeseadas.
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