Opinión

Las criptomonedas cambiarán el mundo

En 2013 leí un artículo del Times sobre Silken Road, un “mercado negro” online donde se vendían armas, drogas y toda clase de ilegalidades. Los pagos se hacían con Bitcoins, ya que esta criptomoneda aseguraba el anonimato de comprador y vendedor. Al principio, su mayor uso fue para actividades ilegales desde mercado negro hasta evadir impuestos. Sin embargo, pocos meses después, Bitcoin llegó a máximos de 1.112 dólares por la demanda de especuladores, inversores o personas que no querían usar la banca tradicional. Lo cierto es que las criptomonedas ofrecen varias ventajas a parte del anonimato a sus usuarios. Las criptomonedas no se pueden embargar. Las transferencias entre usuarios no tienen coste y son instantáneas. El robo es mucho más complicado que hacerlo a un cliente de un banco. La oferta de moneda está controlada. Sólo a través de la minería se puede hacer uno con más criptomoneda y hay un límite definido. Todo lo contrario a los gobiernos que pueden imprimir dinero cuando lo necesitan creando deflación o inflación.

El éxito de Bitcoin creó mucha competencia. Salían diferentes criptomonedas que intentaban mejorar Bitcoin. Ninguna ha llegado a la popularidad de la primera, a pesar de que una, Ethereum, amenaza con ser la primera debida a su aceptación por grandes bancos e instituciones. El pasado 28 de febrero, 30 grandes empresas —entre ellas Santander, JPMorgan, Accenture, Credit Suisse, BBVA, UBS, ING, Bank of New York Mellon— anunciaron la formación de Enterprise Ethereum Alliance. Según Reuters, la formación pretende mejorar la privacidad, usabilidad y seguridad de Ethereum blockchain —cadena de bloques— haciéndola más apta para su uso en corporaciones. La gran ventaja de Ethereum frente a su competencia es que permite hacer contratos como puede ser un préstamo en su cadena de bloques. Una cadena de bloques o blockchain es la tecnología que según Goldman Sachs va a cambiar el mundo y que fue introducida por el creador de Bitcoin. El blockchain es un gran libro de contabilidad que requiere que las entradas o cambios estén supervisadas por todos los usuarios del libro y que no sólo tiene números, también tiene fotos, certificados, cláusulas, etc.

Para explicar más en detalle la cadena de bloques usaré un ejemplo de IBM. Pensemos en la industria de los diamantes. Los diamantes pueden ser diamantes de sangre o ser falsos. Lo que ocurre es que desde que se sacan de la mina hasta que llegan a El Corte Inglés hay muchos intermediarios. Tenemos que fiarnos de lo que nos dice la tienda pero nunca sería posible saber exactamente la procedencia de ese diamante; ni siquiera la tienda lo sabe. Con blockchain habría una foto del lugar donde se extrajo el diamante y un certificado de autenticidad de la mina. Luego todos los intermediarios tendrían que aportar fotos y certificados hasta llegar al comprador final, el cual tiene acceso a todos estos datos. Cada bloque es comprobado por todos los usuarios. Cada foto o certificado es un bloque y nadie es dueño o puede cambiar un bloque a menos de que tenga el 51% de aprobación de los usuarios del blockchain. Lo cual es imposible porque los usuarios no tienen forma de comunicarse entre sí, ya que no saben quién puede ser otro usuario.

Esto es sólo un ejemplo pero pensemos en cualquier producto del cual vamos a saber su verdadero origen y en qué manos estuvo. Con esta tecnología se podrán comprar medicinas online de forma segura, se podrá saber si los productos que nos venden como orgánicos lo son de verdad, hacer donaciones a ONGs que hacen lo que prometen, etc. Las posibilidades son casi infinitas. En términos de criptomonedas, el blockchain es lo que garantiza la seguridad de estas monedas. A pesar de que los usuarios son anónimos, cualquier robo o fraude se localiza casi instantáneamente gracias a ese gran libro de contabilidad donde todos tienen acceso pero nadie puede cambiar nada sin la aprobación de los otros usuarios. Ethereum ha visto una oportunidad en contratos usando la cadena de bloques, ya que estos contratos ofrecen gran seguridad sin necesidad de intermediarios legales o gubernamentales. Las criptomonedas se enfrentan a grandes desafíos como gobiernos ansiosos de recaudar impuestos —estas monedas no ayudan a ese fin—. No obstante han sentado las bases con la tecnología blockchain de una nueva economía sin tanto intermediario, más transparencia y mayor confianza en lo que se compra.