Opinión

La corrupción del PSOE no se borra huyendo del Congreso

Mientras la mayoría socialcomunista en la Junta de Portavoces del Congreso de los Diputados impedía al PP reformular sus preguntas -para adaptarlas al nuevo escenario marcado por la trama de corrupción que acorrala a Pedro Sánchez-, el PSOE sí permitía a Junts cambiar de asunto en el Pleno de Control de este  miércoles. Es la doble vara de medir de un Ejecutivo que está tratando por todos los medios que los escándalos que rodean al jefe del Ejecutivo el Gobierno no lleguen al hemiciclo. El PP registró el lunes cinco preguntas orales para reemplazar otras cinco ya presentadas la semana pasada. Y, como es natural, giraban en torno a la trama Koldo/PSOE, un escándalo que ha adquirido una dimensión de extrema gravedad a raíz de los informes de la UCO conocidos la pasada semana.

Hay siete ministerios implicados, según los documentos de la Guardia Civil, y hasta la propia presidenta del Congreso, Francina Armengol, sale seriamente tocada, razón más que suficiente para que la oposición pregunte por el caso. Pues no. La consigna es bloquear cualquier intento de que la corrupción socialista entre en la Cámara Baja. Cómo será la cosa que la próxima semana hasta 12 ministros han excusado su presencia en el Pleno de Control, una huida en bloque que responde a la estrategia de zafarse de la trama Koldo. Es un plan condenado al fracaso, porque por mucho que el Ejecutivo ponga barreras para que el debate sobre la corrupción socialista entre en la sede de la soberanía nacional, el escándalo terminará por sortear los muros de la cámara.

En cualquier caso, la actitud del PSOE es la prueba del nueve del nerviosismo que reina en un partido que chapotea en el fango de la corrupción. Negar la evidencia impidiendo a la oposición preguntar por la trama sólo acrecienta las sospechas de que el escándalo ha desatado el pánico en un Ejecutivo cuyos miembros huyen en desbandada.