Opinión

Comisiones, sí; Obreras, no tanto

Para ser un sindicato que se arroga la defensa de la clase obrera, no parece que el incremento del 46% en las retribuciones de la Comisión Ejecutiva Confederal de CCOO, que ascendieron en 2019 a un total de 680.915 euros, sea un ejemplo de solidaridad, toda  vez que el salario de los empleados de la central sindical con convenio colectivo creció sólo un 2,9%. Una crítica recurrente de Comisiones Obreras es que el sueldo de los máximos responsables de las empresas privadas crece en detrimento de las retribuciones de sus trabajadores, de modo que cabría recomendarle que antes de dar consejos se aplicaran el cuento, sobre todo porque los sindicatos reciben jugosas cantidades de dinero público. O sea, de todos los españoles.

La Memoria Anual de 2019 de esta central sindical, publicada este jueves, no deja lugar a dudas: los sueldos de la Comisión Ejecutiva Confederal, con los mismos miembros que en 2018, ha crecido casi un 50%, lo que supone que, de media, cada uno de sus 16 integrantes ha pasado de ganar 29.037 euros al mes en 2018 a 42.557 euros un año después. Lo curioso es que en su Memoria, CCOO no apunta a que haya ningún gasto extraordinario por indemnización ni servicios prestados por parte de ningún miembro de la Ejecutiva.

Si tenemos en cuenta que la subida salarial para los trabajadores de las empresas privadas, según datos del Ministerio de Trabajo, fue, según convenio, del 1,5%, ese 46% de subida es un ejemplo de insolidaridad en un  sindicato que lleva en sus siglas la O de Obreras. La caída de los gastos de personal y la mejora de los ingresos por las cuotas de afiliados, más una mejora en las subvenciones públicas, ha permitido al sindicato incrementar su resultado en 2019, que ha cerrado con un beneficio de 1,14 millones de euros -1,06 millones en 2018-. Parece evidente que esa mejora ha repercutido, sobre todo, en su Ejecutiva.

Conclusión: es difícil arrogarse la defensa de los trabajadores y denunciar la brecha salarial cuando los máximos responsables de un sindicato que presume de obrero es el primero que contribuye a que la brecha entre sus sueldos más altos y más bajos se amplíe de forma tan descomunal.