Opinión

El catalán está por encima de la ley

Todo era una farsa. Armengol no tuvo nunca la menor intención de incomodar a sus socios de Esquerra Republicana de Catalunya (perdón, Més per Mallorca) y hoy se ha interpretado la pantomima de rectificar la Ley de Educación y no incluir el español como lengua vehicular, tal y como reclamaban los independentistas. En definitiva todo sigue igual: resulta imposible estudiar en un colegio público balear en otra lengua que no sea el catalán estándar de Barcelona.

Y no nos equivoquemos. Esta medida encierra un genocidio cultural hacia la verdadera lengua de Baleares, la modalidad que tanto desprecia el pancatalanismo, que tiene en sus socios de Esquerra Republicana de Cataluña (perdón, Més per Mallorca) a sus más fieles partisanos. Cada vez resulta más difícil oír vocablos propios de Mallorca, Menorca o Eivissa, eso sin hablar de la forma en la que los nacionalistas desprestigian el artículo salado, que debería ser una seña de identidad innegociable, pero a la que se intenta apartar con el pretexto de que es «poco académico»,

Y tampoco nos engañemos. El «apartheid» del mallorquín se ha llevado a cabo con el consentimiento del Partido Popular. El único que levantó la voz para tratar de cambiar el statu quo fue José Ramón Bauzá, y la respuesta fue una gigantesca manifestación a la que el catalanismo llevó, engañadas, a cientos y cientos de familias, a las que bajo el lema de «educació pública i de qualitat» engañó miserablemente. Es de imaginar que ahora, casi ocho años después, se hayan dado cuenta de hasta qué punto fueron manipulados. Aquí tienen la «educació pública i de qualitat» que les prometieron, una madrasa pancatalanista que no tiene por objetivo enseñar, sino adoctrinar.

La situación es gravísima porque el lobby catalanista ha tenido muchas generaciones de margen para crecer y ahora forma una unidad con enorme fuerza. El resultado va a ser la extinción del mallorquín a corto plazo, y de eso no serán responsables los radicales de Esquerra Republicana de Cataluna (perdón, Més per Mallorca), sino PP y, sobre todo PSOE, por haberlo consentido.