Opinión

Para acosadores y manipuladores, Irene y Pablo, vosotros

Durante meses, Podemos ha llevado a cabo una mezquina estrategia de manipulación contra OKDIARIO a cuenta de una burda y falsa acusación de acoso a los hijos de Irene Montero y Pablo Iglesias en la figura de un periodista de este periódico, Alejandro Entrambasaguas, que lo único que hizo es cumplir con su trabajo. En realidad, la labor periodística del redactor de OKDIARIO tenía como objeto denunciar que la guardería a la que Montero e Iglesias llevaban a sus hijos era ilegal, pues no estaba dada de alta en la Comunidad de Madrid y su responsable estaba al margen de la legalidad. Por supuesto que el periodista intentó hablar con la cuidadora de la guardería fantasma -era su obligación- y se personó en el lugar donde ejercía su trabajo -también era su obligación-, pero la pareja Iglesias-Montero aprovechó la situación para denunciar un falso acoso a sus hijos, argumento que fue comprado por las terminales mediáticas de Podemos para acusar a este diario y a Entrambasaguas de un delito especialmente odioso. Nada más lejos de la realidad. Era un trabajo periodístico desarrollado con estricta profesionalidad y respeto a la figura de los menores.

Lo que era presuntamente ilegal era la guardería, cuya situación al margen de la ley era -cabe esperar- de sobra conocida por Montero e Iglesias. Sin embargo, hicieron lo de siempre: tratar de desviar la atención manipulando groseramente la realidad para inventarse un supuesto acoso que nunca existió y así desplegar una ignominiosa estrategia contra OKDIARIO y el periodista Alejandro Entrambasaguas, al que convirtieron en pim-pam-pum de una bastarda maniobra de denigración personal y profesional, apoyados por una Fiscalía que, en lugar de cumplir con su obligación de defender el principio de legalidad, se dedicó desde el principio a defender sin argumentos  la causa de Montero e Iglesias. También el Ministerio Público ha quedado retratado.

Han sido meses de una feroz campaña de desprestigio que OKDIARIO ha soportado en el convencimiento que tarde o temprano la verdad se impondría, otra vez, a la impostura. Irene Montero y Pablo Iglesias promovieron una campaña de deslegitimación de este periódico y de Alejandro Entrambasaguas con el apoyo mediático de algunos rostros de la televisión que arremetieron con furor desmedido contra este medio de comunicación. En efecto, todo es  -o era-mentira. Ahora que la Justicia se ha pronunciado, Podemos se ha lanzado contra el juez  acusándole de prevaricar y quienes van dando lecciones de falsa moral a través de la pequeña pantalla han vuelto a quedar, otra vez, en evidencia.