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Un museo sensorial que renueva el ocio en Madrid

Sweet Space: el parque creativo del universo goloso de ABC Serrano

A veces, los espacios culturales que triunfan no son los que ofrecen grandes discursos teóricos, sino aquellos que sorprenden desde lo cotidiano. En la segunda planta del centro comercial ABC Serrano, Sweet Space lleva varios años demostrando que un museo puede construirse desde la curiosidad más básica: tocar, oler, probar y, en definitiva, participar. No es una exposición al uso; es más bien un itinerario que oscila entre el juego sensorial y la instalación artística, al que se accede con la expectativa de encontrar algo ligero y se sale con la impresión de haber vivido un pequeño viaje.

Quien cruza la entrada no se topa con cartelas ni paneles explicativos interminables. El recorrido se articula en nueve salas temáticas, cada una con una atmósfera propia. La primera impresión suele ser la sorpresa, porque los escenarios están diseñados con materiales que resultan tan familiares como inesperados: algodón de azúcar dispuesto en forma de palmera, caramelos gigantes que simulan troncos o un laboratorio de helados que recuerda a los viejos mostradores donde se improvisaban sabores mezclando lo que hubiera a mano.

Instalaciones que apelan al sentido del gusto

Sweet Space nació con una premisa sencilla: crear una experiencia que organizara su relato en torno al gusto y la interacción. Aunque el espacio abunda en colores y piezas fotogénicas, su intención va más allá del componente visual. En varias salas se invita a probar pequeñas porciones de dulce, siempre dentro de un itinerario guiado que evita que la visita se convierta en un mero consumo de golosinas.

Uno de los rincones más comentados es el tobogán que enlaza dos espacios. A primera vista puede parecer un guiño infantil, pero en realidad funciona como ruptura deliberada de la norma museística. Los guías, lejos de adoptar un tono distante, animan a dejar de lado la actitud solemne que suele imponerse en un museo tradicional. Esa falta de rigidez explica buena parte del atractivo del lugar.

Un museo que cambia cada cierto tiempo

El equipo de Sweet Space insiste en que la propuesta debe mantenerse viva. Por ello, varias de las instalaciones que lo integran cambian cuando se renueva la exposición. En esta línea han colaborado artistas y diseñadores de perfiles muy distintos, entre ellos Ágatha Ruiz de la Prada, autora de una de las salas más coloristas. Su presencia no convierte el museo en una galería, pero sí subraya que la estética forma parte del juego.

Ese movimiento continuo permite que los visitantes repitan la experiencia sin tropezar con el mismo recorrido. Es una manera de combatir la fatiga que sufren las propuestas inmersivas, que suelen agotarse cuando se repite la fórmula. Aquí, sin embargo, la mezcla de arte, dulces y juego consigue mantener cierta frescura.

VR Explorers: la incursión tecnológica

A las instalaciones sensoriales se suma una propuesta que amplía el registro del museo: VR Explorers. Se trata de una misión de realidad virtual de unos siete minutos en la que el usuario, guiado por Astro, un piloto espacial de tono simpático, participa en una aventura destinada a proteger la Tierra. El argumento es sencillo, pero la experiencia funciona como contrapunto a las salas más contemplativas.

Con esta incorporación, Sweet Space ha conseguido atraer a públicos que no se sienten tan identificados con el universo estético del museo, pero sí con experiencias tecnológicas breves y bien diseñadas.

Dulces, café y áreas para celebrar eventos

Una vez terminado el recorrido, el visitante puede entrar —aunque no haya comprado entrada— en la tienda, donde se ofrecen dulces poco comunes y productos elaborados de manera exclusiva. A unos metros se encuentra el Sweet Bites Café, un espacio pequeño pensado para hacer una pausa sin prisa, con café, waffles y otras opciones rápidas.

El museo también organiza talleres infantiles en el Astrohub, un espacio que funciona casi como un aula creativa, y fiestas de cumpleaños temáticas que combinan la visita con actividades guiadas. Varias empresas han empezado a utilizar Sweet Space para reuniones informales y sesiones de team building, aprovechando el carácter lúdico del lugar.

Horarios, precios y acceso

Sweet Space abre todos los días entre las 11:00 y las 13:30, y de nuevo desde las 15:30 hasta las 20:00. El Sweet Bites Café sigue el mismo horario. La entrada general parte de los 15 euros para mayores de 12 años; la infantil, para edades de 4 a 12, comienza en 12 euros. Los menores de tres años acceden gratis. La tarifa reducida cuesta 9 euros y se aplica a estudiantes, personas con discapacidad, acompañantes con grado superior al 66%, mayores de 65 años, profesores y periodistas acreditados. Para las familias existe una opción conjunta desde 40 euros para dos adultos y dos niños.

El centro comercial ABC Serrano, donde se encuentra el museo, está bien comunicado por varias líneas de autobús y metro, además de disponer de aparcamiento propio, lo que facilita la visita tanto a residentes como a quienes llegan desde otras zonas de Madrid.