Hacia un reglamento europeo de envases que beneficie por igual al medioambiente y a los consumidores

Hacia un Reglamento Europeo de Envases que beneficie por igual al medioambiente y a los consumidores

Artículo de Emilio Oviedo, director de Alianza del Cartón para Bebidas

Desde hace poco más de un año se viene debatiendo en las instituciones europeas la propuesta de Reglamento de la Comisión Europea destinada a actualizar la normativa sobre envases y residuos de envases.

El objetivo es claro: minimizar la huella ecológica de los diferentes tipos de envases que se comercializan en la UE para conseguir una importante reducción del volumen de residuos y asegurar que todos los envases sean reciclables y/o reutilizables en 2030.

Desde la Alianza del Cartón para Bebidas -representantes del sector de los envases de brik- compartimos plenamente los objetivos medioambientales planteados en la propuesta de Reglamento, si bien defendemos sin ambages la necesidad de que las medidas que se adopten para alcanzarlos sean compatibles con la protección de los consumidores europeos en aspectos tan esenciales como la preservación de la seguridad alimentaria, la calidad o la durabilidad de las bebidas y alimentos que se consumen a lo largo y ancho de la UE.

El diablo está en los detalles

El quid de la cuestión de este debate radica en los objetivos de reutilización obligatoria de envases que fueron planteados por la Comisión, y han sido modificados posteriormente por el Parlamento Europeo y el Consejo en sus sucesivas tomas de posición.

En mayor o menor medida, las tres instituciones tienden a priorizar la fórmula de la reutilización al considerar que la huella ecológica de los envases será menor de aplicarse generalizadamente esta fórmula de gestión ambiental.

Y sería fácil pensar que tal consideración tiene sentido al comparar, en la teoría, el impacto medioambiental de los envases reutilizables con el de los envases de un solo uso.

Pero como habitualmente sucede en estos casos, el diablo está en los detalles. Y si hablamos de reutilización obligatoria, nos encontramos con que la aplicación de esta fórmula no es factible en determinados tipos de envases.

Reutilización versus reciclaje

Es el caso, por ejemplo, de las cajas de cartón o los envases de cartón para bebidas, que están fabricados, en todo o en su mayor parte, por fibras de papel y cartón.

Si bien es cierto que estos envases no son reutilizables, son mayoritariamente reciclables al ser de origen natural y renovable, reciclándose masivamente en países como el nuestro, donde la implicación de los consumidores ha hecho de nuestro sistema de recogida y reciclaje un caso de éxito a nivel europeo.

Además, no debemos olvidar que la elección del tipo de envase para un producto no es fruto del capricho del fabricante, sino que se realiza en virtud de la utilidad que aporta al consumidor.

Por ejemplo, los productos perecederos como el zumo, la leche, salsas, caldos, etc., son sensibles desde el punto de vista microbiológico y se deterioran con facilidad al contacto con la luz, el oxígeno, los microorganismos.

Además, están más expuestos a la fermentación, la pérdida de aromas, o la de propiedades nutricionales u organolépticas. Por ello es muy frecuente que a la hora de buscar un envase que conserve mejor el producto sin necesidad de refrigeración elijan el brik, que en este caso se erige como un sólido aliado en la lucha contra el desperdicio alimentario.

Huella de carbono e hídrica

La Alianza del Cartón para Bebidas ha colaborado recientemente en distintas iniciativas conjuntas con otras asociaciones que forman parte de la cadena agroalimentaria española.

Junto a ellas hemos alzado la voz para pedir que los objetivos obligatorios de reutilización sólo se apliquen cuando se pueda garantizar y documentar las ventajas medioambientales de esta fórmula respecto a la del reciclaje de envases de un solo uso.

No olvidemos que la reutilización generalizada tendría un importante impacto en la cadena logística, ya que habría que implementar nuevos sistemas de refrigeración, transporte y lavado de los envases y sus residuos que incrementaría notablemente la huella de carbono e hídrica del propio sistema.

Análisis detallado en Europa

Por todas estas razones pedimos a las instituciones europeas que eviten aplicar fórmulas generalizadas a fin de minimizar la huella ecológica de los envases, realizando, caso a caso, los correspondientes análisis medioambientales y económicos que permitan avanzar sin desvirtuar los beneficios de los que disfrutan hoy en día los consumidores europeos.

Reutilización y reciclaje deben seguir siendo modelos de gestión complementarios y, como tales, ambos deben salir reforzados en el futuro Reglamento si queremos seguir avanzando con firmeza en la senda de la economía circular.