Mucho sol y cada vez menos playa

Hasta 22 metros menos de costa: el mapa de las playas españolas que desaparecerán en el año 2050

Todas las aguas que rodean a la península ibérica y las islas se están calentando un 67 % más rápido que la media global.

Andalucía se enfrenta a una pérdida media de 2,7 metros de ancho de sus playas

  • Antonio Quilis
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora director de OKGREEN en OKDIARIO. Anteriormente director de El Mundo Ecológico. Colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

Más de 500 puntos señalados en un mapa de las costas españolas desvelan los peligros que se ciernen en el litoral español a causa del impacto urbanístico y del cambio climático a lo largo de los 8.000 kilómetros de litoral, con playas que serán tragadas por el mar si nada cambia antes de aquí al año 2050.

Playas, sobre todo en el sur español, que verán menguado considerablemente su anchura, en algunos casos entre 18 y 22 metros. Unos espacios que también sufrirán una pérdida significativa por la elevación del nivel del mar.

Es el preocupante balance que arroja el informe Destrucción a toda costa 2025: impactos del urbanismo y el cambio climático en el litoral, realizado por Greenpeace, que alerta de que el cambio climático reducirá sensiblemente el ancho de las playas, sobre todo en las andaluzas.

Puntos de riesgo extremo

La nueva entrega de este informe de la organización ecologista, la primera edición se publicó en el año 2000, destaca este medio millar de puntos con «riesgo extremo» que se pueden visualizar gracias a un mapa satelital.

La organización ecologista afirma que tras «una exhaustiva investigación pone de manifiesto cómo protegernos de los impactos del cambio climático, es uno de los principales desafíos sociales, económicos y ambientales a los que se enfrenta el país».

Elevación del nivel del mar

Señalan que la arena de las playas desaparecerán por «la elevación del nivel del mar, el incremento de la temperatura del agua, el aumento en la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, la erosión del litoral y la pérdida de biodiversidad costera y marina son algunas de las consecuencias que ya se están manifestando a lo largo de la costa».

Afirman como resumen de su informe que «el calentamiento del agua del mar es especialmente preocupante. Todas las aguas que rodean a la península ibérica y las islas se están calentando un 67% más rápido que la media global».

Un Mediterráneo más caliente

En el ámbito del Mediterráneo, la evolución hacia temperaturas cada vez más elevadas es señalada como de «especialmente grave», tal y como vienen señalando las agencias meteorólogicas y los científicos.

El Mediterráneo se calienta a un ritmo de dos a tres veces más que la media global, y se encuentra en ola de calor marina constante desde noviembre de 2024 con anomalías de hasta más de 4 ºC por ejemplo, en el mar Balear en junio de 2025. El agua más caliente tiene consecuencias como una mayor intensidad de los temporales, incremento de la subida del nivel del mar o la alteración de la biodiversidad marina.

En el informe y en el mapa, Greenpeace señala de forma detallada, por cada comunidad autónoma, las playas y zonas urbanas que se verán más afectadas con el 2050 como horizonte en un escenario moderado de reducción de emisiones, «todo ello según la información científica disponible», explican.

Riesgo en las playas andaluzas

Especialmente preocupante son las costas de Andalucía. En el caso de Cádiz, la playa de Valdelagrana, la playa de Levante (bahía de Cádiz), la playa de la Victoria y la playa de la Cortadura.

Según la información ofrecida por la organización en el caso de Málaga, la pérdida de ancho de playa será «significativa» en la playa del Duque, Puerto Banús y playa de Nagüeles (Marbella); playa de Fuengirola, playa de Torreblanca, playa de Santa Ana, playa de la Carihuela (Benalmádena) y playa del Lido (Torremolinos) hasta playa de la Misericordia (Málaga).

En cuanto al retroceso medio de la línea de costa, serán «más severos», entre 15,86 y 19,36 metros, en el litoral de Cádiz y bahía de Cádiz, Marbella, Fuengirola, Torremolinos y Málaga. Será «muy alto» (entre 12,35 y 15,86 metros) en Chiclana de la Frontera, Conil de la Frontera, Barbate, Tarifa, Mijas, Benalmádena y Vélez-Málaga.

Municipios más expuestos

Los municipios más expuestos a la inundación permanente debida al aumento del nivel del mar son Ayamonte, Huelva, Doñana, Sanlúcar de Barrameda, Puerto de Santa María, Puerto Real y Chiclana de la Frontera (situación extrema); y con riesgo muy alto, desde Isla Cristina hasta Punta Umbría, Cádiz, Barbate y El Ejido.

Andalucía se enfrenta a la pérdida de playas y al retroceso de la línea de costa, según Greenpeace, porque «se continúa promoviendo la construcción de plazas hoteleras en zonas ya saturadas y turistificadas, sin tener en cuenta los impactos del cambio climático».

Sobre los nuevos desarrollos turísticos, destaca los proyectos en Cádiz, Conil, Tarifa, Chipiona, Málaga, Marbella, Fuengirola, Estepona, La Herradura, Salobreña, Motril y el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.

Mayor impacto en Huelva

El impacto del cambio climático en la costa se traduce, según la entidad, en un ascenso del nivel del mar de en torno a los 0,20-0,27 metros para 2050 de media en toda la costa andaluza.

Las zonas «con mayor impacto» de esta subida se encuentran en la costa de Huelva, seguida del resto de la costa del golfo de Cádiz hasta la costa de la ciudad de Málaga.

Los humedales costeros andaluces y su entorno, como las Marismas de Isla Cristina, el Paraje Natural Marismas del Río Piedras y Flecha de Nueva Umbría, el Paraje Natural de las Marismas del Odiel o el entorno de la bahía de Cádiz destacan como zonas «especialmente vulnerables» por su riesgo de inundación tanto fluvial como marina, al ser zonas bajas y llanas cercanas al nivel del mar.

Situación en el norte de España

En las comunidades autónomas del norte, «el aumento constante de la presión turística amenaza con repetir los errores de otras regiones, en zonas costeras que ya han sido profundamente degradadas por décadas de actividad industrial». Greenpeace advierte que «también se observa la falta de coherencia entre las políticas de ordenación territorial y la necesidad urgente de aumentar la resiliencia de estos territorios».

«Mientras los impactos climáticos nos muestran su crudeza, las administraciones miran hacia otro lado, recuperando modelos pasados que ya están obsoletos y ponen al límite los ecosistemas costeros que nos protegen. La realidad que debemos asumir es que el modelo de sol y playa ahora es de mucho sol y poca playa y debemos actuar urgentemente para protegernos» ha declarado Elvira Jiménez, coordinadora de campañas de Greenpeace.