Ausencia de líderes en la COP30

Los grandes ausentes en la COP30: del desprecio de Trump al bajo perfil de China e India

Estados Unidos brilla por su ausencia tras la decisión de Trump de ignorar la cumbre climática

China e India envían representantes de segundo nivel mientras el mundo exige compromisos reales

  • Antonio Quilis
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora director de OKGREEN en OKDIARIO. Anteriormente director de El Mundo Ecológico. Colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

La COP30 arrancó este jueves en Belém, Brasil, en plena Amazonía, con una sombra que empañó desde el inicio las negociaciones: la ausencia de los líderes de los tres países más contaminantes del planeta.

Estados Unidos, China e India decidieron enviar señales de forma evidente sobre su compromiso con el cambio climático con delegaciones de poco peso, justo cuando la crisis ambiental exige respuestas urgentes y coordinadas a nivel global.

La cumbre climática de Naciones Unidas, que se celebra del 10 al 21 de noviembre, viene precedida por una Cumbre de Líderes que reunió a 53 jefes de Estado. Sin embargo, la lista de ausentes resultó más elocuente que la de asistentes.

Donald Trump, Xi Jinping y Narendra Modi decidieron mantenerse al margen de un encuentro que busca impulsar la financiación climática y revisar los compromisos de reducción de emisiones.

El desprecio de Trump a la acción climática

La ausencia más sonora fue la del presidente estadounidense. Por primera vez en tres décadas, Estados Unidos no envió una delegación de alto nivel a la COP30, en marcado contraste con los más de 200 representantes que desplazó a la edición anterior en Azerbaiyán. La Casa Blanca confirmó que no participará ningún funcionario de alto rango en las negociaciones.

Trump, quien retiró por segunda vez a su país del Acuerdo de París tras regresar a la Casa Blanca en enero, calificó recientemente el cambio climático como «el mayor engaño jamás perpetrado contra el mundo». Su ausencia no sólo es física: representa un giro radical hacia las políticas de combustibles fósiles y el abandono del multilateralismo climático que caracterizó a su antecesor.

China mantiene un perfil discreto

Aunque China no abandonó formalmente los acuerdos climáticos, su presidente Xi Jinping tampoco consideró prioritario asistir personalmente a Belém. En su lugar, envió al viceprimer ministro Ding Xuexiang, una decisión que muchos analistas interpretan como una falta de compromiso real con las ambiciones climáticas que exige el momento actual.

El gigante asiático, responsable de casi el 30% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, se comprometió a contribuir al Fondo para Bosques Tropicales propuesto por Brasil, pero sin especificar montos concretos. Esta ambigüedad contrasta con la urgencia que reclaman los científicos para frenar el calentamiento global, que ya superó el umbral crítico de 1,5 °C.

India, el tercer gran ausente

El primer ministro indio Narendra Modi tampoco acudió a la cita amazónica. India, que representa más del 7% de las emisiones globales, envió delegados de menor rango político, siguiendo el patrón de las otras dos superpotencias contaminantes. Estas estrategias de bajo perfil de estas tres grandes economías genera preocupación entre activistas y diplomáticos que temen un retroceso global en la política climática.

Los tres países forman parte del grupo BASIC (Brasil, Sudáfrica, India, China), un bloque que históricamente ha defendido el equilibrio entre desarrollo económico y responsabilidades climáticas. Sin embargo, su ausencia sincronizada en la COP30 envía un mensaje contradictorio sobre sus verdaderas prioridades en un momento crítico para el planeta.

Brasil intenta llenar el vacío de liderazgo

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva aprovechó este vacío para posicionarse como líder del Sur Global en la lucha climática. En su discurso inaugural, Lula defendió la ciencia frente al negacionismo y exhortó a las grandes potencias a asumir su responsabilidad histórica. «Las fuerzas extremistas fabrican mentiras para defender un modelo que perpetúa la degradación ambiental», afirmó ante los mandatarios presentes.

Brasil ha lanzado el Fondo para Bosques Tropicales para Siempre, un mecanismo que busca captar hasta 125.000 millones de dólares para proteger los ecosistemas más amenazados.

En este sentido, Noruega se comprometió a aportar 3.000 millones de dólares al Fondo («sujetos a criterios específicos») durante los próximos diez años. Mientras, Francia indicó que podría invertir hasta 577 millones de dólares  hasta 2030 «según determinadas circunstancias»; y Brasil e Indonesia reafirmaron sus compromisos de 1.000 millones de dólares cada uno.

Coaliciones subnacionales toman el relevo

Pese al desinterés de Trump, una delegación del grupo America All In viajó a Brasil representando a 24 estados estadounidenses y 350 ciudades. Esta coalición agrupa dos tercios de la población de Estados Unidos, tres cuartos de su PIB y la mitad de sus emisiones totales. «Estamos aquí, no piensen que no estamos, seguimos comprometidos con el Acuerdo de París», expresó Gina McCarthy, exasesora climática de Joe Biden.

La ausencia coordinada de Estados Unidos, China e India en la COP30 expone la fractura del consenso climático global. Mientras los científicos advierten que el tiempo se agota para evitar las peores consecuencias del calentamiento, las tres mayores potencias contaminantes optan por el aislamiento y los intereses nacionales a corto plazo. Esta cumbre en Belém determinará si el multilateralismo climático puede sobrevivir sin el liderazgo de quienes más responsabilidad tienen en la crisis.