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¿Qué significa que la luna emita carbono?

Poco a poco se van descubriendo cada vez más cosas sobre la luna. ¿Qué significa que la luna emita carbono? Aquí te lo contamos, toma nota.

El Universo no deja de sorprendernos ofreciendo nuevos descubrimientos que nos obligan a replantear nuestras certezas sobre sus orígenes. Entre ellos, fue la detección de emisiones de carbono provenientes de la luna lo que ha revolucionado el ámbito científico. Pero, ¿qué significa que la luna emita carbono y cómo esta descubierta puede cambiar nuestra comprensión sobre el satélite? Sobre esto hablaremos en más detalles en este nuevo artículo. ¡Sigue leyendo y aprende un poco más!

El origen de la luna: la cuestión clave en este descubrimiento

La teoría más aceptada a de hoy se basa fundamentalmente en las evidencias proporcionadas por la NASA, tras las misiones Apolo. Se afirma que la luna se formó a partir de la colisión de un supuesto protoplaneta Tea (que tendría un tamaño similar al de Marte) y la Tierra, que aún estaba en proceso de formación.

Este “choque” habría arrojado material caliente en la órbita que, tiempo después, se fusionaría, dando origen al único satélite natural de nuestro planeta. De esta manera, la luna tendría su origen hace unos 4.500 millones de años.

No obstante, un estudio recientemente publicado en Science Advances viene a cuestionar esta teoría, poniendo en jeque la simplicidad de la explicación propuesta a partir de una presunta colisión. Y dicha investigación fundamenta sus cuestionamientos, precisamente, en el hecho de que la luna emita carbono.

¿Cómo cambiaría nuestra perspectiva el hecho de que la luna emita carbono?

Lo primero que debemos saber es que la teoría de la colisión recobra sentido cuando se supone que la Luna estaba “seca”, es decir, sin carbono. No obstante, una nave espacial que orbitaba el satélite ha identificado un fenómeno hasta entonces desconocido: la Luna emite una corriente constante de iones de carbono desde casi toda su superficie.

Estas observaciones fueron provistas por la sonda KAGUYA, de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), cuyo nombre es un homenaje a la princesa lunar de un antiguo y muy popular cuento japonés. Hace una década, KAGUYA estuvo un año y medio orbitando alrededor de la Luna en una misión que implicaba un mapeo global.

Para ello, su tecnología incorporaba un espectrómetro de masas de iones, que permitió identificar agua volátil y rastros de carbono en los cristales lunares volcánicos. Este descubrimiento va en dirección opuesta a la creencia de que, en nuestro satélite, había una ausencia de carbono y otros elementos volátiles.

Pero, ¿de dónde proviene el carbono que emite la Luna?

Aquí nos encontramos con otra hipótesis que es puesta en jeque por el hecho de que la Luna emita carbono. Según lo planteado por la teoría más aceptada sobre los orígenes de nuestro satélite, todo el carbono volátil generado durante la colisión de Tea con la Tierra debería haberse evaporado debido a las altísimas temperaturas (entre 3500 y 5800ºC).

Sin embargo, el nuevo hallazgo apunta a lo contrario y parece confirmar que el carbono ha permanecido allí desde que la luna se ha formado. Además, este carbono se ha esparcido por prácticamente toda la extensión de la superficie lunar, aunque estén presentes en diferentes concentraciones en las áreas geográficas lunares.

Según las observaciones de la sonda KAGUYA, habría una notable diferencia regional en las emisiones de carbono de nuestro satélite. Mientras los “mares” lunares emiten alrededor de 51.000 iones de carbono por centímetro cuadrado cada segundo, las tierras altas registran emisiones aproximadas de 45.000 iones.

¿Qué quiere decir que la luna emita carbono?

Aún serán necesarios más estudios y tiempo para llegar a conclusiones más concretas sobre este nuevo hallazgo. No obstante, los investigadores no dudan en afirmar que sus estimaciones demuestran que hay carbono en toda la luna, al contrario de lo que se solía pensar.

Ello respaldaría la hipótesis de que el carbono podría haberse incrustado en la estructura lunar durante su formación, o haber sido trasportado hace miles de millones de años.

No obstante, el espectrómetro de la sonda KAGUYA ha logrado identificar flujos en iones de carbono demasiado grandes para que pudieran haber sido suministrados a la luna por los dos mecanismos conocidos en la actualidad. Es decir, que difícilmente esta cantidad de carbono emitida constantemente por el satélite podría haber sido trasportado por el viento solar o a través de los ‘micrometeoroides’ (unos pequeños meteoritos).

Todas estas informaciones dejan en evidencia la necesidad de reconsiderar una serie de aspectos centrales en la teoría más aceptada sobre los orígenes de nuestro satélite natural. Sin embargo, el hecho de que la luna emita carbono no necesariamente significa que dicha teoría está de todo incorrecta.

Los mismos científicos que lideran el estudio sobre las emisiones de carbono son coherentes al decir que, ahora, es el momento de revisar y ampliar nuestras perspectivas sobre este proceso de formación, incorporando la hipótesis de que la luna puede estar” húmeda”, repleta de carbono y sustancias ligeras, como el agua volátil.