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Los científicos no dan crédito: nace en Andalucía un animal raro y en peligro de extinción

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

A pesar de su gran tamaño y de haber existido durante millones de años, la supervivencia del tapir malayo depende de la preservación de su hábitat natural y del trabajo de conservación que realizan centros especializados como Bioparc Fuengirola. El nacimiento de una cría de este animal raro y en peligro de extinción en el parque andaluz el pasado 29 de marzo de 2024 marcó un hito histórico. La cría, que pesó aproximadamente 10 kilogramos, es fruto de los esfuerzos coordinados de Bioparc y del programa europeo, en el que participan 23 zoológicos. Los progenitores, Rawa y Mekong, fueron emparejados tras años de intentos, y la llegada de Mekong desde Suecia en 2023 resultó determinante.

«El tapir malayo fue catalogado por primera vez como en «peligro de extinción» en 1986, debido a una disminución continua causada por la pérdida de hábitat disponible, la fragmentación del hábitat restante y la creciente presión de la caza. Según las estimaciones realizadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en los últimos 30 años, su población ha disminuido un 50%. Se trata de una especie en peligro de extinción y hoy apenas quedan poco más de dos mil ejemplares, 45 de ellos en zoológicos que trabajan en su protección a través de un programa de conservación creado expresamente esta especie. En este EEP perteneciente a la EAZA, participan un total de 23 zoológicos, entre los que se encuentra Bioparc Fuengirola; único centro de animales de España dentro del programa», explica el parque.

El animal raro que ha nacido en Andalucía

El mayor peligro para esta especie proviene de la acción humana. Catalogado como «en peligro de extinción» desde 1986, su población ha disminuido un 50% en los últimos 30 años debido a la pérdida de hábitat, fragmentación de bosques y caza furtiva.

Bioparc Fuengirola participa activamente en investigación sobre biología reproductiva del tapir malayo, compartiendo sus hallazgos con la comunidad científica internacional. La información obtenida durante el embarazo y nacimiento de esta cría será fundamental para mejorar las tasas de reproducción en otros zoológicos y posibles planes de reintroducción en la naturaleza. Javier Vicent, responsable del equipo de Zoología de Bioparc, expresó: «Llevábamos muchos años intentándolo y por fin ha sido posible. Estamos contentísimos, es increíble».

Tras el nacimiento, se espera que la cría permanezca junto a su madre entre seis y nueve meses antes de ser trasladada a otro zoológico europeo como parte del programa de conservación, permitiéndole aprender comportamientos esenciales para su desarrollo mediante la observación e interacción con su madre.

El tapir malayo es el único de las cuatro especies de tapir con distribución exclusivamente asiática. Evolutivamente, representa un linaje muy antiguo, con escasos cambios morfológicos en más de 20 millones de años, lo que le vale el apelativo de «fósil viviente».

A pesar del éxito en España con el nacimiento de este animal raro en Andalucía, los expertos advierten que los esfuerzos de conservación deben ir acompañados de protección del hábitat y corredores ecológicos. La expansión de plantaciones de palma aceitera y la construcción de infraestructuras fragmentan los bosques y dificultan la migración natural, aumentando el riesgo de endogamia. El cambio climático añade un factor de presión adicional sobre la disponibilidad de recursos esenciales para la supervivencia de la especie.

Características

El tapir malayo (Tapirus indicus), a veces apodado tapir «Oreo» debido a su distintivo patrón de color negro en la parte delantera y trasera y blanco o gris en el medio, es un mamífero que habita los bosques tropicales de pantanos, montañas y colinas de tierras bajas de Myanmar, Tailandia, Malasia y Sumatra. Esta coloración le sirve como camuflaje, rompiendo el contorno de su cuerpo en las sombras del bosque, mientras que las rayas y manchas de los bebés les ayudan a mezclarse con la luz moteada y protegerse de depredadores.

Clasificado en la clase Mammalia, orden Perissodactyla y familia Tapiridae, este animal raro tiene adaptaciones únicas: un hocico prensil formado por la prolongación de la nariz y el labio superior, que utiliza para arrancar hojas y brotes, así como para orientarse y comunicarse mediante olores y marcas de orina. Su cuerpo robusto en forma de barril le permite atravesar la densa vegetación, correr rápidamente ante amenazas y nadar con facilidad. Los tapirs miden entre 1,8 y 2,4 metros de largo, pesan entre 250 y 320 kg, y las hembras suelen ser mayores que los machos. Son animales solitarios, salvo durante la reproducción o cuando las madres cuidan a sus crías.

Alcanzan la madurez sexual a los tres años, y tras una gestación de 13 meses, la hembra da a luz a una sola cría de aproximadamente 6,8 kg. Los recién nacidos presentan un pelaje marrón rojizo con manchas y rayas que desaparecen entre los cuatro y siete meses, y permanecen cerca de la madre hasta alrededor de un año. Su esperanza de vida puede alcanzar los 30 años, siendo herbívoros estrictos que se alimentan de hojas, brotes, frutos y plantas acuáticas.