Mascotas
Gatos

Uso de gatos como terapia en el autismo

Entre los animales utilizados como terapia para niños con distintas enfermedades, están los gatos. ¿Sabías que se utilizan para mejorar a niños con autismo?

Los gatos como terapia en el autismo han resultado ser un gran aliado en el avance de esta enfermedad en las personas y muy especialmente en niños. Pese a lo se pueda pensar, los gatos justamente por su personalidad tranquila y reservada son perfectos para ayudar a los niños con autismo. De hecho, diversos estudios han demostrado que los niños autistas que tienen gatos hablan más rápido y socializan más rápido con su entorno. La terapia con gatos ha arrojado muy buenos resultados y está en plena evolución.

Gatos como terapia: principales ventajas

El autismo es una enfermedad neurológica que afecta, principalmente, la capacidad de socialización de las personas. Se estima que alrededor del 2% de los niños nacen con autismo y esta enfermedad tiene varios grados de gravedad. Hoy en día se aplican diferentes terapias que ayudan significativamente a mejorar a las personas afectadas por este problema, como es el caso de las terapias con animales, y específicamente con los gatos.

Los gatos no son las mascotas más sociables que existen y es justamente por ello que resultan tan pertinentes en este tipo de terapia. Su personalidad reservada es perfecta para los niños con autismo; son tranquilos y no están todo el tiempo en contacto con humanos, aunque aceptan muy bien una buena ronda de mimos. Los gatos tienen su propio ritmo y, a diferencia de los perros, los mininos no requieren de atención constante.

Los gatos y la autoconfianza

Diferentes estudios realizados por expertos, han arrojado resultados muy interesantes, especialmente en lo que se refiere al aspecto social. Los niños autistas que tienen mascotas, en especial gatos, tienden a socializar con mayor antelación que los que no lo tienen.

La autoconfianza es clave y así lo demuestran diversos casos de niños que de alguna u otra forma sienten que los mininos son muy parecidos a ellos. Los gatos pueden estar en silencio durante mucho tiempo u observando algo y aunque los demás no lo noten, el gato presta atención a todo lo que ocurre alrededor. Esa descripción también se observa varios niños que tienen la enfermedad y es una de las razones por las cuales se identifican tanto con el animal.

El uso de gatos como terapia para el autismo es una práctica cada vez más recurrente. Algunos padres, incluso han visto más mejoras con esta terapia que con la de caballos, aunque por supuesto, esta última también ha presentado muy buenos resultados. ¿Qué opinas de esta terapia de gatos para niños con autismo?