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¿Has visto que los peces se persiguen?, ¿por qué lo hacen?

Si tienes una pecera o acuario en casa, habrás podido observar que hay peces que se persiguen. ¿Por qué lo hacen, cuál es la causa de este comportamiento? Toma nota.

Un acuario en casa es una solución práctica cuando no se tiene demasiado tiempo para atender mascotas. De igual forma, puede servir como fuente de relajación y de esparcimiento tranquilo. Hasta que se descubre que algunos peces se persiguen entre sí y de forma incansable por todos los rincones de la pecera. En ocasiones, es una situación normal que forma parte de los rituales de algunas especies. Pero en otras, supone un peligro mortal para el ejemplar que intenta huir.

Hay que tener en cuenta que estos animalitos, además de las características propias que cada raza puede tener, tienen rasgos de personalidad. Por lo que dentro de una ‘comunidad’ se pueden encontrar miembros tranquilos y otros con impulsos violentos. Para evitar tragedias, durante los momentos de contemplación hay que evaluar el comportamiento de cada uno de los habitantes de tu pecera.

Causas probables

Son varias las causas que pueden servir de detonantes cuando los peces se persiguen, algunas de ellas son completamente naturales, como los rituales de apareamiento. Pero los momentos de reproducción también pueden propiciar conflictos. Son frecuentes las peleas entre machos cuando el número de hembras es muy bajo; no olvidemos que la proporción ideal es de tres hembras por cada macho.

Del mismo modo, cuando las hembras ya han colocado sus huevecillos en algún rincón del hábitat, se vuelven agresivas con cualquiera que se acerque demasiado a ellos. Su misión: evitar que sean devorados antes de que estén listos para nadar.

Poco espacio y sobrepoblación

Aunque compartan el mismo espacio, cada uno de los miembros del acuario tiene que contar con suficiente agua para nadar con tranquilidad. De lo contrario, las incomodidades darán lugar a las pequeñas disputas. Además, si el alimento escasea o hay ejemplares con deficiencias nutricionales, pueden aparecer comportamientos caníbales.

No todas las especies ornamentales pueden vivir juntas

Hay razas de peces ornamentales que no pueden vivir en compañía de otras especies. Incluso miembros de una misma familia no son capaces de tolerarse entre sí. Ejemplo de lo anterior ocurre con los machos Cola de espada.

Por ello, antes de instalar un acuario en casa, hay que tomar algunas consideraciones. Empezando porque el número de ejemplares debe ser acorde a capacidad de la pecera. En la práctica, se estima que se pueden colocar hasta cinco peces por cada 20 litros de agua; aunque esta proporción puede variar, de acuerdo al tamaño de los peces.

También hay que aprender sobre las necesidades alimenticias de cada variedad de peces. Aunque todos comen de los mismos alimentos, algunas familias requieren de complementos adicionales para no entrar en déficit. Lo que los lleva a considerar a los más pequeños como una fuente de nutrientes.