Los gatos también pueden sufrir enfermedades mentales, y estas son las más comunes
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Los gatos son mucho más parecidos a nosotros de lo que pensamos, y ellos también pueden sufrir enfermedades mentales. Ellos no pueden hablar y decirnos lo que sienten, pero hay una serie de señales y comportamientos extraños que nos pueden hacer ver que algo no va bien: maullido excesivo, mirada a la nada, letargo…
Ante la más mínima sospecha, es importante acudir al veterinario para que haga un diagnóstico y establezca el tratamiento más adecuado. Por supuesto, hay que prestar especial atención a los gatos para que no se sientan solos.
Estrés
Aunque el estrés no se puede considerar una enfermedad como tal, sí puede provocar diferentes afecciones en el sistema inmune que conduzcan a comportamientos compulsivos y agresivos por parte del animal.
Hay varias señales que permiten identificar que el gato está estresado, y una de las más habituales es el lamido constante en la misma zona del cuerpo, lo que puede dar lugar a enfermedades cutáneas como la dermatitis.
Hay otros síntomas del estrés en gatos: no quieren usar el arenero, arañan los muebles de la casa, marcan su territorio con orina, maúllan de manera excesiva… Los gatos son animales de costumbres, así que el más mínimo cambio en su rutina puede llevarles a esta situación.
Epilepsia
La epilepsia es una disfunción neurológica en el cerebro de los gatos que se manifiesta son síntomas que requieren de atención veterinaria urgente, como convulsiones, pérdida de consciencia, hipersalivación…
El animal empieza a hiperventilar antes del ataque, y a continuación se produce un estado de nerviosismo y agitación muy preocupante. Las causas de la epilepsia en gatos se pueden deber a un patrón genético hereditario, o a una afección física por una enfermedad o un golpe.
Depresión
La depresión es una enfermedad cada vez más común en gatos, tal y como advierten los veterinarios. El principal problema es que hay muchos animales a los que ni siquiera se les ha diagnosticado ya que sus dueños piensan que el gato simplemente tiene un carácter muy tranquilo.
Cuando un gato está depresivo suele dormir más de la habitual, se muestra apático y pierde el interés en cosas que antes le gustaban. Además, deja de asearse y suele irritarse cuando se intenta un acercamiento a él.
Aunque las causas de la depresión en gatos puede ser muy variadas, las más comunes son la falta de libertad, una mudanza, la soledad y un viaje largo.
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