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Fiebre en perros: descubre sus causas, síntomas y tratamiento

Igual que ocurre con las personas, la fiebre en perros es un claro síntoma de que algo no va bien, de que puede haber una enfermedad. ¿Cómo debemos actuar?

  • Francisco María
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La fiebre en perros aparece como un mecanismo de defensa contra envenenamientos, infecciones, gripes o enfermedades en general. Es un sistema de alerta del organismo, declarando un estado de emergencia; síntoma que de forma inequívoca implica una visita de urgencia al veterinario. No siempre es fácil detectar un cuadro febril en un can. Algunas manifestaciones son: nariz caliente y seca, temblores, apatía, vómitos y agresividad. También abundante secreción nasal, pérdida del apetito, diarrea e hipersensibilidad.

Para despejar las dudas sobre la fiebre en perros, se debe colocar un termómetro en la zona rectal. La temperatura no debe alcanzar los 39°C. Por otra parte, si supera los 41°C, la situación es bastante delicada, con riesgo latente de muerte.

Infecciones, inflamaciones e insolaciones figuran entre los detonantes más comunes de la fiebre en perros. Lo mismo que la presencia de parásitos internos o externos y los golpes de calor. Al igual que ocurre con los humanos, suele ser una reacción normal luego de la colocación de una vacuna. Es importante tener en cuenta que cachorros, ejemplares de avanzada edad y perras que hayan tenido cachorros tienen más dificultades para autorregular su temperatura.

Fiebre en perros: tratamientos a seguir

Después que el veterinario de confianza haya estudiado el caso y determinado el origen del problema, podrá ordenar el tratamiento a seguir. Antes solo podrá ordenar paliativos, orientados a mantener la temperatura del can dentro de los parámetros ideales. Algunas de estas medidas incluyen mantener húmedo el abdomen, las axilas e ingles de los ‘pacientes’. Así como hidratarlos con agua fría.

También se puede dar de comer caldo de pollo al animal enfermo, sin ningún tipo de condimentos. Si la temperatura no para de subir, un baño de 10 minutos con agua fría es una buena opción. Pero sin excederse de este tiempo, ya que pudiese generar justo el efecto contrario.

Una vez identificada la causa del problema, el régimen a aplicar puede ser meramente sintomático para casos de resfriados. Mientras que antibióticos y antiinflamatorios son recetados en casos de mayor complejidad, con presencia de infecciones y otras anomalías.

El paracetamol no es una opción

No acudir al veterinario en casos de fiebre en perros ya es una irresponsabilidad. Pero medicarlo sin consultar al especialista es la peor de las ideas. Principalmente si se recurre a fármacos diseñados para humanos; dentro de este grupo, el paracetamol es de los más dañinos. Suministrar estas medicinas a los canes puede originar una intoxicación. Lo que combinado con el cuadro febril, terminará por complicar más el estado de salud del animal.